
No se encontraron resultados.¿A quién le cabe esta responsabilidad? Indudablemente a nosotros, los pediatras. Entonces si sabemos que hay muchos pediatras en el departamento San Lorenzo, más específicamente en el Cordón Industrial, ¿Por qué no hay guardias de pediatría? Varias veces este tema ha sido motivo de conversación con otros pediatras y arribamos a la siguiente conclusión:
Para generar medicina de urgencia y/o de emergencia y /o consultas rápidas, a nivel infantil, es necesario cubrirse de un importante apoyo logístico (oxígeno, cirugía menor, rescate en las dificultades respiratorias, rx en el momento, laboratorio, etc.) y ambulancias para un eventual traslado a los centros de alta complejidad de Rosario. ¿Pero podemos tener guardias infantiles en la región? Claro que sí. La parte humana esta disponible ¿Y la logística? Los sanatorios y Clínicas no son proclives a tomar esta iniciativa argumentando que los niños no generan ganancias (desgraciadamente la medicina es un negocio tanto a nivel privado como en el estatal o público) y según los dueños del poder local “o” provincial “o” nacional dicen no “ tener “ recursos presupuestario”. A nivel privado no les interesa por la misma causa porque en ambos estamentos abunda la burocracia (más en el público) la que se podría obviar a favor de una mejor medicina infantil. ¡¡ Cuidado los niños son el futuro de una población!!
A nivel privado debería estimularse la guardia pediátrica, pero los pediatras cuando estamos en una guardia debemos tener los elementos indispensables para solucionar la problemática infantil en esa instancia, de lo contrario es altamente traumático para el médico. Incluso en los grandes hospitales a veces no tienen gasas o no disponen de rx, o no tienen una enfermera pediátrica, o no disponen de camas libres, o carecen de agujas atraumáticas para suturas finas ( en la cara por ejemplo), etc.
En mi experiencia personal y la prestada por otros pediatras que fuimos protagonistas de las guardias de un sanatorio en las décadas del 70, 80 y la mitad de los noventa, tuvimos muy lindos recuerdos de lo bien que se trabajaba por entonces. En Capitán Bermúdez llegamos a tener internados muchos chicos de mediano riesgo y a los de alto riesgos lo derivábamos a los centros importantes en Rosario, donde ellos incluso nos enviaban las ambulancias infantiles (venían con las incubadoras de última generación para bebitos complicados al nacer).
También en Bermúdez se hacía asistencia del recién nacido y solucionábamos la inmensa mayoría de los casos complejos. Desgraciadamente en la era Menem, por los masivos cierres de empresas y fábricas, lo bueno que habíamos estructurados se derrumbó. Luego vinieron los “samco”, que si bien a nivel de medicina preventiva han progresado mucho, a nivel resolutivo aún les falta. Además tienen mucha burocracia.
Sería bueno que tanto las empresas privadas como pública se transformaran en empresas mixtas pero fiscalizada por el interesado, el paciente- el ciudadano-, para que ello ocurra hay que dejar de lado los intereses “personales” y políticos en los que están inmersos “también” bastantes médicos.
Las asociaciones intermedias como las asociaciones medicas, las asociaciones de clínicas y sanatorios , colegio de médicos, círculos médicos, sindicatos, facultades de medicina y afines y entes públicos deberán entender que la medicina es una sola y preparar médicos con sentido vocacional y garantizarles una economía estable so perjuicio de cómo “todo ser humano desesperado”, buscará alimentar su economía con el triste “retorno” del que nadie quiere hablar. ¿Está la sociedad en su conjunto preparada para ello?
Otra temática triste es el costo de los medicamentos. Cada vez más onerosos, que tarde o temprano le quitará a los pacientes otros beneficios como el de elegir al médico que quiere que lo trate por lo menos en pediatría y no llegar a la temible “regionalización” del ya alicaído PAMI.
Hay mucho por decir, ¿Pero por qué esa tendencia a despreciar la salud de los niños y los ancianos?
Pensalo y elaborá tú propia repuesta.
Muchas gracias, Dr. Lalo Lelli