Contrario a lo prometido por el oficialismo, las cifras oficiales demuestran que las políticas aplicadas desde diciembre no generaron puestos de trabajo, sino todo lo contrario. Un reciente informe del INDEC confirma que, desde el inicio de la gestión libertaria, se destruyeron más de 210 mil empleos registrados.
Desde Azopardo 802, la Confederación General del Trabajo publicó un comunicado en redes sociales donde cuestionó el rumbo económico del gobierno y planteó: “¿Esto es lo que prometieron?”. Con ese tono, la CGT responsabilizó al presidente Milei por el aumento del desempleo, que ya alcanza el 7,9%, el nivel más alto en los últimos cuatro años.
Además, la central advirtió que el crecimiento del empleo informal no compensa la caída del empleo registrado, lo que profundiza la precarización laboral. Los salarios, por su parte, siguen perdiendo frente a la inflación y no logran recuperar poder adquisitivo. En ese sentido, se señaló que muchas empresas prefieren pagar horas extras a sus empleados antes que incorporar nuevo personal, lo que reduce oportunidades laborales y debilita derechos.
“El trabajo no puede ser la variable de ajuste. Es la fuerza productiva del país”, expresó la CGT en su publicación, en la que también remarcó que “menos trabajo y peores salarios no fue lo que prometió el Gobierno nacional”.
El fantasma de la interna
El comunicado de la central obrera también se enmarca en el inicio del calendario electoral interno, previsto para noviembre. En ese contexto, crecen las críticas al actual triunvirato integrado por Héctor Daer (Sanidad), Gerardo Martínez (UOCRA) y Hugo Moyano (Camioneros), acusados de “dormir la siesta” mientras se profundiza la crisis.
Las tensiones internas ya tomaron temperatura: dirigentes como Abel Furlán (UOM), Sergio Palazzo (La Bancaria) y otros referentes cercanos al kirchnerismo y al peronismo sindical, evalúan presentar una lista alternativa para disputar la conducción de la CGT, actualmente dominada por el bloque de los “gordos”, los “independientes” y el moyanismo.