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jueves, 01 julio 2021 | Opinión

Repensar la escuela: “debemos escapar del debate presencialidad o virtualidad”

Amanda Pacotti es integrante de la Red Cossettini, tiene 79 años y es maestra jubilada. Desde dicha organización están intentando difundir un mensaje claro: hay que pensar en una nueva escuela que se amolde a los tiempos que corren. Como se sabe, la tecnología ganó mucho lugar en la vida cotidiana. Sin embargo, la mujer asegura que “los docentes y el sistema educativo no supieron absorber esos avances”.
Repensar la escuela: “debemos escapar del debate presencialidad o virtualidad”
Amanda Pacotti es integrante de la Red Cossettini, tiene 79 años y es maestra jubilada. Hizo su escuela primaria en la Escuela Gabriel Carrasco N° 69 de barrio Alberdi de Rosario, de la cual fue directora la reconocida docente Olga Cossettini. Desde la Red, buscan unir a diferentes docentes del país que “quieran hacer las cosas de otra manera”.

En esta coyuntura que estamos atravesando producto de la pandemia, cada vez ha tomado más fuerza el debate escuela presencial versus escuela virtual. Debate del que cada uno puede tener su opinión, pero del que Amanda Pacotti prefiere abrirse. Para ella, la verdadera discusión está en cuál será el futuro de la escuela o del sistema educativo, el cual, en su parecer, está en crisis desde antes de la pandemia.


Amanda Pacotti (Foto: Redacción Rosario)

LA PANDEMIA Y EL SISTEMA EDUCATIVO: virtualidad vs presencialidad

«Yo respeto y valoro a los maestros que de un viernes para un lunes se lanzaron a una virtualidad que no acompañó nadie, fundamentalmente las autoridades ministeriales. Es verdad que fue un cambio brusco. Pero ya veníamos pensando que había que virtualizar la escuela, algo que no se hizo en todos los niveles porque tenemos las malditas y crueles diferencias en la parte económica, con escuelas más poderosas que pueden tener todo un engranaje óptimo para que los chicos puedan conectarse y bien sabemos que si caminás 20 o 30 cuadras te encontrás con una escuelita que no tiene ni una pileta para lavarse las manos.

No solo pasa por la parte social, yo veo chicos marginados que lo único que tienen es la escuela. Ahí tenemos que inventar algo. Un maestro de Alberdi me decía “nuestros chicos están mejor en nuestra pobre escuela con el patio de tierra que en su casa”. Son maestros que el año pasado se vieron llevando bidones de agua. Y no estoy hablando de La Quiaca o de la Patagonia profunda, estoy hablando de una escuela de ciudad.

Entonces ¿de qué virtualidad y de qué presencialidad estamos hablando? Yo creo que debemos escaparnos de ese debate, porque no se le ha dado voz ni presencia a los jóvenes para que opinen.

Si seguimos una virtualidad que repite lo que se hacía en el salón o si cuando volvemos a la escuela nos olvidamos de las enseñanzas que nos está dejando esta cruel situación y nos olvidamos de que tenemos los ojos para poder sonreír, tenemos una boca para cantar y tenemos el cuerpo para poder bailar y movernos en el patio, la nueva escuela que tiene que nacer si o si no va a nacer.

Desde la Red Cossettini vamos a lanzar una proclama y luego queremos llegar a elaborar un protocolo afectivo. Así como están los protocolos de salud, las vacunas, los elementos de limpieza que debemos pelear para que todas las escuelas puedan tener, también tenemos que trabajar en un protocolo afectivo que vemos que no es el que se está cumpliendo, no por el maestro sino por el sistema».

LA IMPORTANCIA DE LOS CENTROS DE ESTUDIANTES

«Son los que tenemos que recuperar porque no han estado funcionando en todo el año. Tenemos que volver a escucharlos. En la época de las Cossettini se hacían las asambleas y las reuniones de las Cooperativas Escolares sin el adulto. También recuerdo que Olga llegaba a los salones y se sentaba allí a escuchar. Imponía por el afecto».



RESCATAR EL "ESTILO COSSETTINIANO"

«Cuando Olga llegó a la escuela Carrasco era una escuela tradicional, con pupitres y pizarrón adelante, lo primero que hizo fue sacar los pupitres y poner mesas hexagonales. Entonces esa mesa de seis chicos te permite hacer una “rueda”. Y como te enseñaban que el error no era castigado, porque si ibas a la escuela era porque no sabías, se usaba mucho la autocorrección y la corrección de tu compañero, es decir que se intercambiaban los cuadernos con los compañeros y cada uno le corregía al otro.

¿Por qué tenés que tener a los chicos sentados en fila mirándose la espalda unos a otros? Ahí tenemos que cambiar la mentalidad del maestro, porque quien le impide al maestro mover los pupitres y hacer una rueda. En este momento es imprescindible escuchar a los chicos, para ver qué les está pasando.

Ellas querían una escuela que fuese agradable, linda, con plantas, huertas, animales, con una fuente y un horno de cerámica, pero en definitiva lo que buscaban ellas era la formación de ciudadanos.

Ya hablaban en sus escritos de cooperativismo, pero haciendo una cooperativa escolar de verdad. Ahí manejábamos el dinero de algunas ventas de útiles escolares o bizcochos que se vendían en el recreo. Y esa comisión de la Cooperativa Escolar se formaba con elecciones y se hacía una campaña política de los chicos que querían estar al frente de la Cooperativa. Todo esto lo viví y los practiqué sin darme cuenta».

CAMBIAR EL SISTEMA

«Creo que tenemos que cambiar los sistemas de formación docente, porque si sale un maestro que no tiene la capacidad de pensar ciudadanía, de pensar solidaridad y cooperativismo estamos perdidos, vamos a volver a las fotocopias. Yo tengo nietos y me pone mal ver lo que se les da a los chicos, cosas que se copian de libros, problemas que no tienen raíz ni sentido en la realidad, cuando un chico o un joven hoy está viviendo con el mundo en las pantallas. Uno puede estar hablando y el otro ya puede estar haciendo un clic y buscando lo que estoy diciendo.

El otro día charlaba con una maestra amiga, también jubilada de Bariloche que hace un tiempo antes que en Santa Fe que tienen presencialidad, y me contaba que una maestra había dejado sin recreo a su nieto porque no había terminado la tarea. Mi amiga estaba dolida, porque decía “si lo hubiera dejado sin recreo porque fue agresivo o le pegó a un compañero, puedo entenderlo. Pero en este momento que el chico está tan afectado dejarlo sin lo que él quiere hacer que es el recreo para intercambiar con sus compañeros aunque sean de la burbuja, tiene una crueldad extrema”.

También hablaba con una nena que es una vecinita, y le hice la tonta pregunta de cómo le va en la escuela y si quería volver. Me dijo que no, “yo no quiero volver ni a la escuela -y me señala la escuela de la plaza Alberdi-, ni a la pantalla”. Una nena llena de vida que le encanta jugar, correr, tener amigas y le estamos cercando los caminos. No se los escucha.

Realmente hay que revisar todo, no es lo mismo enseñar el 25 de mayo en el 2021 que como lo enseñábamos hace 30 años, ha habido todo un cambio que los chicos y los jóvenes lo supieron absorber y los maestros y el sistema no».

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