
No se encontraron resultados.Publicado en edición impresa n°60
Todas las muertes son terribles; para las familias, amigos, compañeros y muy muy lejos para las empresas. Pero este trágico suceso ha marcado la diferencia entre accidente y negligencia y ha dejado al descubierto a muchos que se golpean el pecho hablando en contra de las empresas exportadoras en épocas de paritarias y en esta ocasión titubean porque no les conviene decir la verdad.
Un accidente sucede en el momento menos esperado, es inevitable. Puede participar el factor humano, pero luego se abre un abanico de posibilidades que las medidas de seguridad no podrían sostener.
En este caso no es un accidente, claramente es negligencia de los “responsables” y si que los hay; porque se han salteado los protocolos de seguridad que tienen las industrias. Caso contrario ¿Por qué tiene personal trabajando sin dichas medidas de seguridad?¿ Y dónde está el Ministerio de Trabajo Provincial?
¿Quiénes calmaron las aguas?
Desde la empresa no quisieron hablar y dijeron que enviarían un comunicado oficial que nunca apareció, pero un par de representantes sindicales salieron a hablar en radios locales sobre esta terrible muerte, esclareciendo que fue un accidente producto de un error humano. Este último término siempre suele aparecer cuando no se puede decir que se mueren trabajadores porque los grandes capitales que exportan el oro verde de nuestro país no les importa la vida de quienes levantan su máquina de U$s.
Estamos en el siglo XXI, hay tecnología, capacitación, gente que quiere trabajar. Lo que no hay es inversión en Higiene y seguridad para cuidar a los jornales, a los padres de familia. Lo solucionan con un seguro de vida para la viuda, novia o madre; declarando duelo por unos días y haciendo un minuto de silencio en los portones de la empresa.
Lo evitable
Claramente esto podría haberse evitado. Un trabajador que está dentro de un equipo, debe trabajar tranquilo sabiendo que antes de encender la máquina alguien va a realizar una inspección en el lugar, por ende lo deberían ver. Además el tablero eléctrico del equipo debería estar sin tensión y con un bloqueo mínimo de una tarjeta de seguridad de “No Operar“y como si fuera poco, los encargados de seguridad saben que hay personal trabajando en los lugares mas riesgosos de una planta que está en etapa final de montaje y prueba.
Rubén Montenegro, oriundo de la ciudad de Rosario y empleado de la empresa Allocco, ese día no corrió con esa suerte. Algún paso de esta cadena (simplificada) falló encendieron una rosca “sin fin“que estaba debajo de él y dejó el saldo de un muerto y un herido leve.
Los protocolos no están hechos para romperse, están para respetarse, pero peor es cuando los que rompen estas directivas son muchas personas ¿por qué?. Porque los tiempos corren, se acerca la cosecha gruesa y los patrones se ponen impacientes al saber que no van a sacarle el jugo al poroto. En fin. Este cordón Industrial se ha llevado más de 10 vidas de obreros en un periodo de 5 años sin contar a los choferes de camiones que también deberían ser ingresados en las estadísticas ya que mueren en las rutas cuando salen y/o entran de los sectores fabriles.
Y en estadísticas se manejan
“En la planificación contemplaban que iban a tener un muerto“ mencionó el secretario general de SOEA.
Para las empresas el trabajador nunca va a ser un trabajador, un padre o un hijo, porque siempre serán números.
¿Cuánto costó este o aquel?......... Un número que pueden pagar.
En la edición 59 de 11Noticias, tratamos con el Dr. Andrés Paoloni, sobre el proyecto de modificación de la Ley de ART que envió el Gobierno Nacional a las cámaras legislativas. Una Ley que pone cifra a la vida de los trabajadores y desliga penalmente a los responsables.
“Es un proyecto muy similar a la Ley 24.028 la cual presentó Cavallo e Impulsó Menem“comentó Paoloni.