Carta de Mariano Cominelli al ciudadano Beltranence
Este domingo 14 de junio nuestra ciudad decidirá, quienes deberán desempeñar una función como representantes del pueblo en el Concejo Deliberante de Beltrán.
No se encontraron resultados.Esta resolución democrática mediante el sufragio es una responsabilidad de todos. Por esa misma razón no voy a pedir tu voto como resulta ser tradicional ni lo he hecho a lo largo de todos estos años. Simplemente voy a transmitir mi deseo de que esta decisión sea el producto de un acto espontáneo y libre. Libre de engaños y chicanas, libre de estrategias oportunistas de los que te piden que no votes a tal o cual porque total ya está adentro o porque lleva consigo a otro, libre de las infamias de los que se esconden en redes sociales y nunca dan su nombre. Es mi deseo, cualquiera sea el resultado, que seamos capaces de emitir un voto consciente, un voto de apoyo concreto a quienes demostraron su compromiso con la ciudad, a quienes no necesitaron prometer ilusiones irrealizables unos meses antes de las elecciones confiando en la fragilidad de la memoria, a quienes pueden dar cuenta de su trabajo constante mediante hechos visibles y palpables, a quienes no apostaron a la crítica vacía sin antes demostrar sus proyectos y realizaciones, a quienes reconocen sus propios límites antes de pasar a criticar las limitaciones ajenas, a quienes enfocados en su propio esfuerzo y trabajo no pierden el tiempo en ver que no hacen los demás. Es mi deseo más profundo que los beltranenses seamos capaces de apostar positivamente a proyectos creíbles que tengan su sustento real en hechos visibles y no a palabras vacías. Un concejal no hace obras, legisla y controla al intendente de turno, gestiona para el pueblo y conoce a la gente que representa, un concejal está obligado no solo a conocer los problemas de la puerta hacia afuera, sino a involucrarse con las necesidades de la puerta hacia adentro. Para lograr esto no basta con repartir subsidios, no alcanza con golpear una puerta en campaña electoral, todo lo contrario, para ser concejal se necesita conocer los nombres, las caras, los hijos, los padres, los nietos, se necesita ser parte del sufrimiento de una familia y sentirlo como propio, para ser un representante del pueblo se necesita humildad para saber escuchar, entrega para llegar a donde te necesitan, capacidad para no librar nada al azar y desinterés para comprender que las ambiciones personales son las peores enemigas de los proyectos colectivos. Este 14 de junio apostá por tus anhelos, sueños y tus ideales, nuestra ciudad no necesita de salvadores necesita de tu compromiso.