El caso cobró notoriedad luego de que una de las víctimas hiciera pública su historia en redes sociales, lo que llevó a que otras mujeres presentaran sus denuncias ante la Justicia, revelando la repetición de un mismo patrón de conducta. 

A raíz de esto, la fiscal Luján Sodero Calvet imputó al conductor de 47 años por nueve hechos de abuso sexual, calificando los delitos en concurso real por tratarse de hechos independientes.

Según los relatos de las denunciantes, el remisero tenía un modus operandi repetitivo. Se aprovechaba de la vulnerabilidad de pasajeras que tomaban su vehículo en la madrugada o cuando estaban solas, convenciéndolas de sentarse en el asiento delantero con diversas excusas, como problemas con el taxímetro o la necesidad de evitar el registro del recorrido. Una vez que las mujeres accedían o se negaban, procedía a realizar tocamientos indebidos, intimidarlas o restringir su libertad de movimiento.

Los cargos en su contra incluyen abuso sexual simple (dos casos), abuso sexual simple en concurso real con rapto (dos casos), abuso sexual con acceso carnal (dos casos), abuso sexual simple en concurso real con coacción y rapto, abuso sexual simple en concurso real con lesiones y rapto, y abuso sexual con acceso carnal en concurso real con rapto.