La Strada es una agrupación de teatro independiente de Capitán Bermúdez. Hace casi 27 años que tiene presencia allí y es el único espacio teatral de esta localidad. Sus coordinadoras son Andrea Alberto y Haydée Calzone, reconocidas actrices de la región. Actualmente brindan talleres a más de 50 alumnos, entre grupos de niños, adultos y jóvenes con capacidades diferentes. Andrea contó que hace más de 6 meses no pueden dar clases en su pequeño teatro, ubicado en Av. Pomilio y Entre Ríos, y que tampoco reciben ningún tipo de ingresos ni subsidios.

“No estamos pagando el alquiler del salón, apelamos a la buena onda del dueño para seguir sosteniéndolo ya que ahí tenemos los elementos de nuestros casi 27 años de trabajo” aseguró la actriz quién agregó “no nos cierra por ningún lado, no hacemos lo que nos gusta y no podemos sostener el espacio. Vivimos de esto. Tuvimos que vender empanadas para pagar algunos meses de alquiler para que después no se nos haga una deuda tan grande”.

En lo personal, Andrea expresó “mi economía está destrozada pero no me detengo ahí porque pasa, me la rebusco y le doy una vuelta”. Sin embargo, consideró “siento que me falta el motor de lo artístico y de lo creativo”.

El grupo de adultos de La Strada realizó una obra de teatro vía streaming “solo por la necesidad de actuar, sin cobrar” dijo Andrea. Además, aseguró que “es muy difícil dar clases con todos los protocolos, como el uso de barbijo y distancia, en una actividad que es gestual y de encuentro con el otro”. Por el momento, contó que están planeando realizar obras de radioteatro.

Sobre la posibilidad de hacer clases virtuales dijo que en un grupo teatral de Rosario donde también es docente, los alumnos se suman a esta modalidad ya que en su mayoría quieren aprender el oficio. “Pero en Bermúdez es otra cosa. Acá están quieren un lugar de encuentro más allá de aprender el oficio. Con lo virtual todo bien, pero no lo es. Entonces no hicimos estas clases” expresó Andrea.

Sobre la posibilidad de dar clases presenciales adoptando medidas preventivas por el Coronavirus dijo “taparse la cara con el barbijo te quita el contacto con el otro, te queda solo la mirada y en el teatro se trabajan los cinco sentidos” y continuó “hay cosas que son naturales para el teatro como es mirarse, tocarse y estar con el otro ahora no se puede hacer, entonces es muy duro”. Consideró que se debe seguir “buscando la vuelta porque si no nos quedamos afuera de hacer lo que nos gusta” reflexionó. “Se puede hacer monólogo y dar clases con tres personas sin contacto con el otro, pero hay algo de la intensidad del teatro que se pierde con esta forma y uno siente que le cortaron las piernas” agregó.

Teatro para jóvenes con capacidades diferentes

La Strada también tiene un espacio de teatro para jóvenes con capacidades diferentes. No han podido tener más contacto presencial desde mediados de marzo con ellos, aunque si lo mantienen de forma virtual a través de un grupo de WhatsApp.
“El otro día una de las alumnas me mandó un audio que decía ‘¿cómo hago? Porque el cuerpo me pide teatro’” contó Andrea y confesó “para mi fue tan significativo, porque a veces tienen la capacidad de poner en palabras lo que nos pasa a todos, es tal cual”. Como respuesta, le sugirió que se pusiera un vestuario, hiciera un video o escribiera lo que se le ocurriese.



“Muchos de ellos no van a la escuela o a un centro de día, y a La Strada iban cuatro veces por semana porque tenían teatro pero también plástica, danza y alfabetización” señaló la coordinadora del espacio. Según contó, la mayoría de los jóvenes con síndrome de down del grupo padecen problemas cardíacos, lo que los convierte en pacientes de riesgo. Es por eso por lo que desde la coordinación no propusieron nunca ningún tipo de encuentro presencial. Además aseguró que “el contacto es muy importante para ellos. Creo que sufriría más yo por no poder abrazarlos y respetar la distancia. Es muy duro”.

“Los niños también nos mandan audios preguntando cuando empezamos teatro. Y cómo le explicás, uno que es grande todavía no entiende” expresó Andrea. “Los chicos pasan y ven el teatro cerrado y se quieren quedar. Hay mucha nostalgia, mucha melancolía y angustia” sentenció.

Futuro

Sobre qué sucederá con la actividad teatral en los próximos meses afirmó “por momentos veo muy oscuro el futuro de nuestra actividad, sobre todo hasta que se puedan habilitar los teatros, que podamos volver a actuar, hacer una fiesta, una varieté, una temporada. Eso lo veo muy lejano”. Y señaló que “parece muy incoherente que habiliten una iglesia donde puede haber 20 personas y no puedan habilitar un teatro que también podrían ingresar 20 personas”.

Por otro lado, consideró que “vamos a tener que seguir sacando conejos de la galera todo el tiempo. Hace seis meses pensaba que era imposible dar una clase virtual pero hoy digo que no es tan imposible”.

“Yo paso por todos los estados” expresó Andrea sobre lo que siente en lo personal y agregó “por momentos parece que esto es un sueño. Ni hasta en mi peor pesadilla se me ocurrió que no iba a poder dar clases o que no iba a poder actuar. No me entra”.

“En esta época normalmente empezábamos a preparar las muestras de fin de año para diciembre, y ahora veo la agenda vacía.

Hace años que para mi diciembre es una fiesta porque es el cierre de todos los talleres, porque es pensar en trabajar con el alumne (sic) el proceso del año, pensar en las muestras, que es abrir las puertas del teatro a la región” concluyó la actriz.

por Marcos Carballo