La Justicia Federal procesó ayer miércoles al “Gigoló de Fray Luis Beltrán”, llamado Gino Calcia de 32 años, quien está investigado en Argentina y Chile por enamorar mujeres para luego estafarlas. Además, se lo imputó también por haber mantenido cautiva a una adolescente de 17 años con promesas de trabajo.
El juez federal Marcelo Bailaque resolvió procesar al Gigoló de Beltrán por trata de personas, a partir del hallazgo de la adolescente encerrada. Además le trabó un embargo por 3 millones de pesos, precisaron voceros judiciales al portal de “El Ciudadano”.
Según la investigación, Calcia se dedicaba a captar mujeres para entablar relaciones sentimentales y luego estafarlas mediante maniobras financieras como toma de créditos o uso no autorizado de tarjetas de crédito. Esta modalidad delictiva la realizaba tanto en Argentina como en Chile, y se dio a conocer en el año 2019, cuando la prensa del país trasandino lo apodó como “el gigoló de Fray Luis Beltrán” o "Fray Luis Rufián", en referencia a la localidad del Cordón Industrial de donde es oriundo.
"Hace un trabajo de hormiga. Te saca datos, información personal, y después te produce un desastre económico".
Así graficaba en su momento una de las víctimas la forma de operar del gigoló de Fray Luis Beltrán, quien realizó una importante cantidad de estafas en el Gran Rosario.
Detención
Mediante dos allanamientos concretados el día 11 de agosto de este año en las localidades de Funes y Roldán, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) rescató a una menor de 17 años y detuvo al “Gigoló”. La causa había comenzado el 27 de julio a raíz de una denuncia que refería a una relación sentimental entre una menor que se encontraba en situación de vulnerabilidad y un hombre mayor de edad.
Calcia le imponía ciertas restricciones, controlaba con quiénes hablaba, lo que subía a sus redes sociales y le hacía promesas como, por ejemplo, compras de artículos o la instalación de un local de venta de ropa.
Además, a través de la investigación, la PSA constató que el imputado tenía dos domicilios: uno habitado por su esposa e hijos y otro donde alojaba a la adolescente. Ambas viviendas eran custodiadas por personas armadas contratadas por él.
En ese entonces, secuestraron 14 gramos de marihuana; 1.150.000 pesos; una pistola 9 mm con dos cargadores y 11 municiones; 64 tarjetas de crédito y 22 de débito; dos chequeras firmadas en blanco; dos sellos y tres posnets. También secuestraron cinco celulares entre otros dispositivos electrónicos y elementos de interés para la causa.