La llegada de la Selección Argentina a Chile para disputar el partido de esta noche por las Eliminatorias Sudamericanas no fue en los términos esperados. Lejos de un recibimiento ordenado y bajo las condiciones acordadas entre federaciones, los jugadores y el cuerpo técnico encabezado por Lionel Scaloni atravesaron una situación incómoda en el aeropuerto de Santiago que generó bronca en la delegación. La Asociación del Fútbol Argentino denunció que Chile incumplió con el protocolo FIFA que garantiza seguridad y privacidad para los equipos visitantes.
Según relataron fuentes cercanas a la AFA, el plantel nacional fue obligado a caminar por un sector común del aeropuerto en medio de una multitud de personas. En ese trayecto, se produjeron insultos y situaciones de tensión que pusieron en alerta a los responsables de la seguridad. El hecho fue considerado una falta de respeto y una vulneración a los acuerdos previos que protegen la integridad de los jugadores. De inmediato, se encendieron las alarmas diplomáticas y la posibilidad de elevar una queja formal a la FIFA quedó sobre la mesa.
La AFA remarcó que existía un pacto de reciprocidad entre federaciones, algo habitual en el fútbol sudamericano, y que este no se respetó. "Esto no sucedería en Ezeiza", fue una de las frases que más se repitió dentro de la comitiva. Se espera que en las próximas horas haya una comunicación oficial que siente posición institucional sobre lo ocurrido.
Desde la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) de Chile salieron a responder, negando cualquier incumplimiento y asegurando que la situación fue provocada por una decisión del propio equipo argentino. Según indicaron, se les había ofrecido utilizar un terminal aéreo alternativo, con ingreso exclusivo y sin tránsito de pasajeros, pero la opción fue rechazada por la AFA. De esta forma, alegaron que la exposición al público general fue una elección de la delegación visitante.
Más allá de las versiones cruzadas, el clima previo al partido se tornó tenso. El encuentro entre Chile y Argentina, que se jugará desde las 22 en el Estadio Nacional, ya venía cargado por la situación deportiva: mientras los locales están obligados a ganar para seguir con vida en la tabla, los campeones del mundo buscan probar variantes con la clasificación ya asegurada. Ahora, el contexto extrafutbolístico también suma presión.