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Se decía que en muchos de estos túneles hubo “de todo”. Muertes, ánimas, contrabando de mercaderías, encuentros entre mojas y médicos, y hasta prostitutas, que existía un pasadizo extenso entre la residencia de Juan Canals, la cual hoy es ocupada por la Secretaría Municipal de Salud Pública, en Rioja al 2000, y otro era el palacio de los antiguos Tribunales Provinciales, frente a la plaza San Martín.
Otro de los túneles, atravesaba la calle Riobamba, conectando la Estación Rosario a Puerto Belgrano, calles Riobamba y Beruti, hoy llamada popularmente por los estudiantes “La Siberia”.
Pero no sólo en la ciudad de Rosario se comenta sobre estos pasadizos secretos, sino que también ocurre en la ciudad de San Lorenzo, donde la imaginación de los habitantes acrecienta la creencia de que estos túneles existen realmente.
Particularmente, del túnel que hablan los sanlorencinos es el que dicen que conecta la casa de las hermanas del Colegio Santa Rosa de Viterbo con el Colegio San Carlos y el Convento. Dice ser que este túnel que conecta estos dos colegios, una vez sirvió de cuartel al General San Martín cuando se dio la Batalla de San Lorenzo.
Aún no se hallan pruebas de este pasadizo secreto, pero la gente está muy segura de que existe en realidad. Inclusive, muchos estudiantes de los colegios dicen saber donde se encuentra la puerta de entrada al túnel y que han preguntado a las monjas de su existencia, pero nunca tuvieron una respuesta concreta.
Otra estructura que tiene tuneles en sus cimientos, es el viejo Cine San Martín. Debajo de las toneladas de concreto, yace un tunel de más de 50 metros de largo, que conecta el sótano del viejo cine con la famosa esquina de Paseo NOI. Según personajes de la historia de este cine, el tunel era utilizado para alojar mercadería transitoria.