El pasado jueves 3/6 se cumplió el sexto aniversario del Ni Una Menos, aquel día en el que el movimiento de mujeres se organizó detrás de una misma consigna para gritar “basta”, esa palabra sintetizó la indignación e impotencia frente a la escalada de la violencia de género y la cifra de femicidios más triste de la historia. La convocatoria comenzó en las grandes ciudades, llegó hasta los pueblos más pequeños y se extendió por toda Latinoamérica.

- Es el segundo 3 de junio en pandemia, ¿Cómo se resignificó el movimiento en este contexto?

Es otro año muy difícil, pero si algo ha demostrado el movimiento de mujeres es la gran capacidad de organización. Este año la consigna fue manifestarse por redes sociales, subir fotos, armar textos, compartir historias, el objetivo es que las demandas se escuchen.
En nuestra ciudad, desde Igualando Oportunidades y en conjunto con Mujeres Evita montamos una “Posta de Género”, en el Paseo del Pino, un espacio donde hicimos lo que hacemos cotidianamente desde nuestras organizaciones, promover derechos. Difundimos información y acompañamos a Mujeres que se acercaron a evacuar dudas sobre situaciones de violencia.

- ¿Cuáles fueron los principales reclamos del colectivo Ni Una Menos este año?

En el 2021 son varias las consignas, la primera se repite desde hace seis años, que paren de matarnos. Desde el 3 de junio de 2015 se registraron más de 1700 femicidios y las estadísticas son constantes, no muestran variaciones significativas. De hecho en lo que va del año ya hay 103 mujeres asesinadas por el hecho de ser mujeres en nuestro país.

Otra de las consignas que considero fundamentales es la reforma judicial feminista. Necesitamos que el Poder Judicial tenga un rol activo en la aplicabilidad de las leyes, que tenga en cuenta las necesidades particulares de las mujeres, el poder judicial en muchas ocasiones es paternalista y revictimizante. Los miembros del Poder Judicial tienen que capacitarse en el marco de la ley Micalea y la capacitación tiene que ser eficaz y continua.

Y la demanda más urgente en este momento es la aparición con vida de Tehuel de la Torre, el joven trans de 22 años que el 11 de marzo salió de su casa de la localidad de San Vicente, provincia de Buenos Aires y aún no volvió. Nos preocupa todo el tiempo que ya pasó y lo poco que pareció escandalizarse la población. Esperamos que los medios de comunicación repliquen la demanda y todos y todas exijamos su inmediata aparición con vida.

- De las sufragistas a la militancia virtual, ¿Cómo ves la evolución del feminismo?

¡Gran pregunta! La evolución del feminismo es vertiginosa pero nunca tenemos que olvidar que las batallas que damos hoy son producto de las mujeres que lucharon antes, ellas nos enseñaron que había que hablar de las cosas que “no se hablaba”, y despojaron a las generaciones posteriores de pesadas cargas.
Aunque aún falta un largo recorrido porque todavía hay cosas que se callan y ocultan y seguimos recibiendo atropellos que nos vulneran, humillan y degradan, pero cuando los enfrentamos juntas nos fortalecen y dignifican; y eso es así porque descubrimos que lo personal es político y la salida es colectiva.

- ¿Alguna última reflexión o comentario que quieras hacer?

Que juntas es la manera, que sigamos así. Que nos organicemos y nos involucremos. Que no estamos solas, que la carga es menos pesada cuando es compartida y que el grito es más fuerte cuando es colectivo.