Con la menor producción de soja en más de dos décadas producto de la grave sequía que azotó a gran parte de país en el último año, se encienden las alarmas en el Cordón Industrial por el impacto que provocará en la economía regional la considerable caída que se espera en el arribo de camiones a la región y en la actividad de los principales puertos agroexportadores.

Fue el intendente de Puerto General San Martín, Carlos De Grandis, uno de los primeros en advertir días atrás el impacto negativo en la economía de los municipios y comunas de la zona, que reciben un importante aporte a sus arcas a través de la Tasa de Estacionamiento y Mantenimiento de Caminos que cobran a cada camión que llega a las terminales de la región.

El jefe municipal señaló que durante el primer trimestre del año se produjo una merma histórica en la llegada de camiones a la localidad. “Es el segundo impuesto más importante que tiene el municipio, luego del DREI. Registramos que dejaron de entrar 85 mil en esos meses que generaron pérdidas económicas por 170 millones de pesos", detalló.

Según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la actual campaña de soja será la de menor producción desde 1999-2000. “Los 25 millones de toneladas que se esperan producir en la campaña representan una caída del 40% en relación con la campaña pasada, y la mitad de lo que se produjo en promedio en los últimos 10 años (50 millones de toneladas). Así, Argentina cerrará su peor campaña productiva en 23 años, ya que hay que remontarse a la campaña 1999/20 para encontrar una producción más baja”, indicaron desde la entidad.

Desde el sector privado también observan con preocupación el panorama. En este marco, el presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de San Lorenzo, Mariano Brajkovic, alertó sobre el impacto en la economía regional y en empresas y Pymes de todo el Cordón Industrial.

“Es una cadena, con un millón de camiones que ingresan todos los años, eso se va a reducir a la mitad; se estiba la mitad de cereal, se carga la mitad de cereal, se procesa la mitad de esa oleaginosa. Plantas que tenemos para 60 millones de toneladas van a procesar con suerte, si llegan a entrar 10 millones de toneladas de importación del Mercosur, 40 millones de toneladas; todo a la mitad”, señaló Brajkovic en diálogo con Cadena 3 Rosario.

El contexto también enciende las alarmas sobre eventuales suspensiones o despidos en las empresas. En el caso de las plantas aceiteras y los puertos, serán aquellos trabajadores que cumplen funciones como jornaleros o tareas temporales quienes podrían verse más afectados en un principio.

En ese sentido, los estibadores componen uno de los sectores más débiles en esta cadena. Desde el Sindicato Unidos Portuarios Argentinas (SUPA) de Puerto General San Martín, que nuclea a unos 550 trabajadores del sector en la zona, confirmaron a este medio que la actividad ya se encuentra resentida, aunque sostuvieron que el arribo de buques con soja de otros países, principalmente de Brasil y Paraguay, permiten mantener el nivel de trabajo. Incluso ya se produjo la llegada del primer barco con soja desde Estados Unidos, todo un hito para el polo agroexportador.

El secretario General de SUPA, Aníbal Cabrera, manifestó su preocupación y expresó que están “dialogando con las empresas para informarnos sobre los cambios”. Y agregó: “Esta caída de granos afecta a los salarios directamente y esperamos que pronto se pueda revertir esta situación”.

Cabe destacar además que para la descarga de la materia prima proveniente desde otros países debe emplearse un sistema particular en los muelles de las terminales portuarias de la región, ya que se encuentran preparados principalmente para la carga de buques y no para su descarga. Es por eso que se hace el alije o traspaso de la materia prima de los buques a barcazas apostadas en los muelles de los puertos de la región.

Otro de los datos que aporta el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario indica que Argentina cedería su posición dominante en el mercado de harina de soja por primera vez en 25 años.

Con todo, también se espera una notable caída en las exportaciones y su consecuente baja en el ingreso de divisas, un bien tan necesario para las arcas de la economía argentina en crisis.