A pocos días del inicio del juicio oral contra el ex fiscal regional de Rosario, Patricio Serjal, Leonardo Peiti, conocido como el "zar del juego", reapareció públicamente con explosivas declaraciones. En una entrevista con La Política Online, Peiti afirmó que los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery, responsables de la investigación más grande por sobornos y financiamiento ilegal de campañas, lo utilizaron para golpear al senador Armando "Pipi" Traferri, con un trasfondo político claro.
"Detrás de sus objetivos jurídicos, que eran políticos, me destrozaron la vida", denunció Peiti. "Lo que buscaban era incriminarme a mí para pegarle a Traferri", apuntó, refiriéndose al senador por San Lorenzo, a quien los fiscales intentaron imputar por recibir aportes de Peiti para campañas proselitistas.
Leonardo Peiti, el zar del juego.
Peiti, quien aceptó una pena de tres años de prisión y una multa de 600 mil dólares en un juicio abreviado, fue tajante en su relato: "Yo no entregué sobornos, sino contribuciones para la campaña. Me lo merecí por pelotudo por haber ayudado a que gane Perotti, un egoísta que hundió al peronismo y traicionó a mucha gente".
Según Peiti, su plan era que se legalizara el juego con máquinas en las agencias de quiniela, lo que, en su visión, generaría ingresos millonarios para la provincia. Sin embargo, sostiene que Perotti, tras recibir apoyo de Traferri, lo desconoció y, finalmente, pactó con Cristina Fernández de Kirchner. "Eso explica que Perotti le haya dado la concesión del juego a Cristóbal López por decreto", afirmó.
Peiti aseguró que los fiscales estaban alineados con Marcelo Sain, ex ministro de Seguridad de Santa Fe, y que todo fue parte de una interna política. "Me dijeron que si aportaba pruebas contra los fiscales Ponce Asahad y Serjal, obtenía la libertad, pero que de Ortigala no tenía que decir nada", explicó, refiriéndose a la mujer que, según él, siguió extorsionándolo por tres años más debido a la complicidad de los fiscales.
Con estas declaraciones, Peiti dejó en claro su intención de revelar más detalles en el juicio si es llamado como testigo. Según sus palabras, la investigación fue direccionada para atacar a Traferri, mientras otras personas involucradas quedaron fuera del radar por razones políticas.