Barrio San Sebastián, Tierra de Sueños, Nestór Kirchner y La Pedrera son los que abarcan ese sector de la ciudad y que sus habitantes manifiestan estar “olvidados por las autoridades”.

Fernando Pugliese, vive en San Sebastián y en diálogo con 11N cuenta que “sufrí dos robos en menos de 60 días, donde forzaron la reja y una puerta, lo repare clausurando la reja y ahora reventaron una puerta el frente ingresando al local y robando herramientas”.

Continuando con su relato agrega que “en la primera oportunidad me robaron muchos elementos de valor, ya que además del negocio que tenemos con mi señora yo soy electricista. Todas mis herramientas de electricidad estaban en la parte trasera del negocio y se las llevaron. Ahora, en la segunda, ingresaron al local y se llevaron una cortadora de fiambre que habíamos repuesto después del primer robo, tenía 15 días y todavía la estamos pagando”.

Ante esta situación, decide hacer público su enojo e impotencia en las redes sociales. Es ahí donde comienza esta convocatoria con personas que atravesaron situaciones similares que derivó en la marcha de ayer, “si bien no fue un buen horario porque muchos trabajaron o tuvieron otras cosas que hacer, lo pudimos realizar” plantea el vecino, agregando que “nos vamos a seguir manifestando todas las veces que sean necesarias hasta que nos escuchen las autoridades”.

Tiempo atrás, en barrio San Sebastián había un puesto de la policía comunitaria, que después fue reemplazado por un destacamento de la policía provincial hasta que quedó desmantelado, al ser consultado sobre esto Fernando dice que “la policía comunitaria caminaba por el barrio y estaban pendiente de los hechos ilícitos, no se si fue decisión del gobierno de Santa Fe, de la policía o del gobierno municipal sacar ese puesto y hoy es un viva la pepa”.

El comerciante dice que “no se puede denunciar porque vas a la comisaría, estás 3 o 4 horas ahí sentado haciendo declaraciones y después te dicen -bueno cualquier cosa te avisamos- y pasa un mes, dos meses y nada”.

Entre otras experiencias que le tocó vivir, cuenta que “eran las 3 de la mañana y mi vecino andaba repartiendo máquinas hormigoneras, en una noche dos máquinas, pero nadie hace nada. Mi hijo, hace un par de meses fue a declarar en contra de un delincuente que le disparó a él y a su amigo con un arma casera tipo tumbera y supuestamente el fiscal le iba a dar 3 años, solamente estuvo 23 días, ahora anda suelto por el barrio y mi hijo se tuvo que ir”.

Concluye diciendo que “hoy eramos pocos pero les molestó porque nos mandaron a los comandos a rodearnos continuamente, se quedaban parados vigilandonos. Todos los días escuchas a gente disconforme con los hechos de robo, no están tranquilos, tienen miedo porque después vienen las represalias”.

Agregando que “tenemos una ciudad hermosa que crece pero desgraciadamente la delincuencia tiene zona liberada, no voy a meter mi disconformidad en otros ámbitos porque tengo hijos y no quiero que me lo vengan a apretar o que me vengan a balacear la casa”.

Servicio de vigilancia privada

Cabe destacar que hace mas de 6 meses el municipio incorporó un servicio de vigilancia privada con personal que prestaba servicio en la fuerza pública. Este grupo es el encargado de disuadir y patrullar barrios de la localidad previniendo el delito y está a cargo del municipio.

Dicho equipo presta colaboración a la policía local realizando una vigilancia de algunos barrios y alertando a la fuerza pública sobre posibles malhechores. De esta forma asumen que se pudo bajar la incidencia de robos en varios sectores.