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Comenzamos escuchando cómo nos leen y terminamos aprendiendo a leer. Desde muy pequeños desarrollamos
el amor o el rechazo por esta actividad. Suele decirse que un libro es un tren, la acción de leer es un viaje y que el lector es el pasajero.

Muchos se animan a la aventura que implica, muchos otros no. Por experiencia propia digo, es solo un viaje de ida.

Cuando se hace hábito ya no hay vuelta atrás. Las personas decidimos hacer de los libros un amigo más, pueden acompañarnos a todas partes y siempre están disponible cuando lo necesitamos.

Nos perdemos en sus historias, y nos creemos parte de ellas. Aprendemos, imaginamos, resolvemos enigmas o nos llenamos de preguntas, ejercitamos el pensamiento y nos distendemos un rato. Cada lector elige el género que es de su agrado y allí comienza el ida y vuelta con el autor y consigo mismo, porque más que nada, es una actividad para conocernos, para explorarnos, para ir más allá de nuestros límites. Además la lectura es transformadora, si uno lee se tranforma y luego puede transformar, tiene herramientas para cambiar o analizar situaciones, porque tiene una visión más amplia de las cosas que lo rodean.

Cada vez son menos los jóvenes que sienten esta pasión y entre ellos muchos menos los que la expresan. Las tecnologías de entretenimiento están abriendo una brecha grande entre los más chicos, los adolescentes y la lectura. Siempre les va a parecer más atractivo sentarse frente a un televisor o una computadora, que agrarrar un libro y sumergirse en mundos escritos.

Cuando desde las instituciones educativas se les hace hincapié en la lectura y en la riqueza de las páginas de que escribió algún autor, la falta de interés se traduce en un simple "no me gusta", y tal vez es porque aún no encontraron ese título, o ese autor que los identifique.

Debería demostrarse que no sólo deben quedarse con las lecturas clásicas sino tambien entrar en una librería y leer títulos, mirar portadas y dejarse llevar, para que sea más fácil encontrar algo interesante y acorde al gusto de cada uno.

Particularmente prefiero los libros impresos, pero hay que destacar que actualmente hay libros digitalizados que circulan en la red, es decir que se pueden unir dos mundos, que parecen tan distantes con el objetivo de hacerles conocer a los que no encontraron ese rato de magia que ofrecen las palabras escritas en papel, un motivo más para leer.

Ahora la conexión entre los chicos y la lectura está a solo un "clic", sólo hay que motivarlos. PORQUE LEER ES APRENDER A DESCUBRIR EL MUNDO.



Agustina Sola