El nuevo paseo ribereño sobre la vera del río Paraná en la ciudad de San Lorenzo e inaugurado en agosto de este 2023 terminó siendo escenario de dos trágicos hechos en el lapso de un mes: la desaparición de un hombre cuando cayó su vehículo al agua y la muerte de un joven de 15 años de edad.

El jueves 21 de octubre de 2021, el intendente Leonardo Raimundo inauguraba la restauración de la bajada de calle San Luis, lo que permitía instaurar un nuevo acceso al río Paraná que tras el derrumbe del paseo del Campo de la Gloria en abril de 2016 la ciudad había perdido.

A la par, se desarrollaba el camino que uniría la antigua bajada de bulevar Urquiza, con el muelle de pescador inmediato a ese acceso, y la nueva continuación de San Luis. Formalmente, la obra fue inaugurada en agosto de 2023, en la previa de las elecciones locales y en donde el intendente buscaba su quinta reelección. Este paseo, según señaló Raimundo a los medios de prensa durante la inauguración del mismo, sería para uso deportivo y recreativo, como también para la actividad pesquera.

Este acceso evidenció algunas falencias que rápidamente se hicieron notar no solo por parte del arco político opositor a la gestión del intendente Raimundo, sino también por sanlorencinos y sanlorencinas que notaron la peligrosidad de un posible derrumbe de la barranca, algo que los vecinos y las vecinas conocen, como también la falta de barreras de contención en una calle que se encontraba a centímetros del río.

La ausencia de estos elementos se constituyeron como factores fundamentales de las dos tragedias ocurridas posteriormente.

En la noche del miércoles 11 de octubre, un vehículo estacionado en el paseo ribereño a poca distancia del río se accionó, en principio de forma accidental, y quedó zambullido sobre el Paraná. Una mujer logró salir del interior del auto, pero su conductor, Sergio Carrizo, quedó atrapado y fue hallado sin vida cuatro días después.

Tras esto, el acceso a esa arteria de alrededor de 1000 metros de extensión quedó
Menos de un mes después, un chico de 15 años de edad perdió la vida cuando impactó contra un cable de acero al momento en que circulaba con su bicicleta por esa zona.

En principio, había una lancha que se encontraba utilizando el cable, pese a que el uso de ese paseo no estaba permitido. Gabriel Valentín, junto a su hermano, pasaron en bicicleta por la zona en el preciso momento en que el cable se encontraba tendido sobre una de las calles que configuran el paseo. El joven sanlorencino no tuvo la oportunidad de esquivarlo, y la tragedia sucedió de inmediato.

Ambos infortuitos, dos tragedias producto de un accionar humano que podrían haber sido evitadas, evidencian las notorias carencias en seguridad que tiene un paseo inaugurado rápidamente y sin tener en cuenta los riesgos que conlleva un acceso al río con los antecedentes que tiene la ciudad, con personas desaparecidas y accidentes en esa zona de San Lorenzo.



¿Habrá segunda etapa?

En el marco de la campaña electoral, el espacio Hacemos Futuro, integrado por el hoy reelecto intendente Raimundo y por el presidente del concejo Hernán Ore, habían dado cuenta de una segunda etapa del proyecto que incluía una serie de obras que distan de lo que hoy es el paseo ribereño actual.

El render publicitado daba cuenta de un magnánimo proyecto en donde se construiría un anfiteatro, la sede de la Escuela de Canotaje, y un paseo ribereño habilitado para deportes recreativos y náuticos con un muelle de embarque para lanchas.
Ahora, tras dos lamentables fatalidades, queda en veremos la continuación de ese proyecto, el cual debe ser aprobado por un Concejo Municipal cuya oposición se mostró reacia a seguir apoyando esta obra luego de los dos hechos fatales.

De igual modo, con dos víctimas fatales en su haber, también se abre una incógnita con respecto a si el órgano del poder legislativo en su totalidad apoyará la continuación de una obra que es sumamente distinta a la que hoy conocemos.

Más allá de una posibilidad económica y de que si la Municipalidad está en condiciones de afrontar los costos de una obra cuya nueva etapa prevista incluye un número importante de cuestiones a realizar, queda la duda de si se continuará dando lugar a un paseo que denota falencias tanto en su constitución como en su uso.