La terapia con plasma de personas convalecientes usa sangre de los recuperados que poseen anticuerpos generados contra el virus del Sars-cov2 y estimula la capacidad de combatir el virus y ayudar a otros a recuperarse. Pero ¿Cuáles son los resultados sobre esta metodología?.

Desde el inicio de la pandemia en la Argentina y la implementación de medidas de prevención, promoción, atención y recuperación para la población, emergieron estrategias de tratamiento sin evidencia científica por motivos obvios para los diferentes grados de afección.

Es así que se plantearon distintas alternativas medicamentosas como la azitromicina, la ivermectina, la cloroquina, antivirales y el plasma de convalecientes. Este último basado en los antecedentes de otras infecciones con comportamiento epidémico como lo fue la Fiebre Hemorrágica Argentina causada por el Virus Junín en nuestro país.


infografía sobre la utilización de plasma de convalecientes en pacientes con Covid 19

El Dr. Richard Malán, Director del Registro Nacional de Células Progenitoras Hematopoyéticas del INCUCAI sostiene que a pesar de faltar una regulación mas rigurosa sobre la donación, uso y manejo del Plasma “es importante aclarar que, por tratarse el plasma de una fracción de la sangre, está enmarcado en la Ley Nacional de Sangre Nº 22990”.

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Desde la Dirección de Sangre y Medicina Transfusional dependiente del Ministerio de Salud de la Nación se generó el Plan estratégico para Regular el uso del plasma de convalecientes mediante la Resolución 783-2020 que estableció que el uso de plasma de convaleciente debe estar enmarcado en un ensayo clínico para demostrar seguridad y eficacia y otro denominada de acceso extendido. Aun no se han publicado resultados en Argentina.

“Se ha demostrado que el tratamiento con plasma es seguro en un gran estudio con más de 20000 pacientes donde no se evidenció mayores efectos adversos o muerte con respecto a aquellos que no se los tratado con plasma”, asegura Malán aunque “la eficacia no pudo aun ser demostrada en los múltiples estudios que se han realizado o están en curso a nivel mundial, muchos de ellos cuestionados por su calidad metodológica”.

El primer estudio publicado tipo ensayo clínico controlado a principios de septiembre, no mostró beneficios en los pacientes que recibían plasma de convalecientes con respectos a aquellos que recibían placebo. Por otro parte ha habido una gran controversia con la Food and Drug Administration (FDA) en estados Unidos por el tratamiento que ha tenido esa organización con la autorización para el uso extendido sin evidencia científica de su eficacia y que su autorización fue prematura.

También recientemente se publicó un estudio observacional sin grupo control de la utilización de plasma de convaleciente en la provincia de Buenos aires que no pudo establecer conclusiones sobre la eficacia de su utilización pese a la tendencia a promocionar este tratamiento incluso desde las propias autoridades sanitarias. “Además en las Guías de tratamiento MSAL mencionan que no existe aún evidencia de la eficacia del tratamiento con plasma de convalecientes”, indica Richard.

“Otra distorsión vista durante la pandemia es que hubo ofrecimientos de beneficios para donantes de plasma, denuncias de cobro por el plasma humano y pedidos de donación de plasma para personas particulares”, asegura el Dr. del INCUCAI.
Por otra parte en 2015 la resolución 1508 del MSAL prohibió la solicitud de donantes para un determinado paciente o tratamiento. El Código Ético de la Medicina Transfusional de la International Society of Blood Transfusion (ISBT) analiza en detalle los principios bioéticos referidos a donantes sangre y pacientes receptores de la misma.

“A esta altura de la pandemia en el mundo, la Autonomía, la Justicia, la Beneficencia y no Maleficencia deben ser analizadas y valoradas en la toma de decisiones y su impacto frente a las estrategias de los pacientes individuales como en medidas sanitarias adoptadas y a tomar”, finalizó.