Dado que la triquinosis es una enfermedad de notificación obligatoria, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) informa acerca de las claves para su prevención desde la producción porcina misma, una actividad que en el país se desarrolla en diferentes escalas productivas.
Vale recordar que la triquinosis es una zoonosis parasitaria que puede transmitirse de los animales a las personas
a través del consumo de carne insuficientemente cocida o de productos elaborados con carne de cerdo o de animales silvestres, como jabalíes o pumas, que contengan larvas del parásito en sus músculos.
En las personas, la principal fuente de infección es el consumo de carne cerdo, aunque también existen otras, como de jabalí, puma y otros animales silvestres. Los lugares más afectados en nuestro país son Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba, La Pampa, Río Negro y Neuquén.
Como los síntomas de esta enfermedad no son visibles en el animal, es necesario realizar los controles en laboratorios que confirmen la ausencia de este parasito. En este sentido, un aspecto clave para la prevención es la realización de la prueba de digestión artificial, debido a que la enfermedad sólo puede diagnosticarse luego de la faena.
La técnica de digestión artificial es el método que permite detectar la presencia de larvas de trichinella en una muestra de carne, que debe ser analizada en un laboratorio habilitado por la autoridad competente. De esta manera, puede determinarse si el producto que se elabora a partir de ella es apto para el consumo.
En Argentina se encuentran laboratorios públicos y privados (en el ámbito municipal, centros de zoonosis o bromatológicas locales) donde los usuarios pueden recurrir para realizar la prueba y obtener un diagnóstico. Estos se encuentran ubicados en distintas localidades del país y están destinados a la atención de los requerimientos propios de cada región. También el Senasa cuenta con una red de laboratorios regionales en dónde se realiza la técnica.
Cuando la producción se realiza en condiciones higiénico-sanitarias deficientes y la alimentación no es la adecuada, los animales son susceptibles de contraer la triquinosis. Uno de los aspectos que se debe evitar es la presencia de roedores, ya que estos pueden ser portadores de la enfermedad.
Ante esta situación, es importante que quienes se dedican a la producción porcina – ya sea con un objetivo comercial o para consumo propio— sepan que es posible desarrollar esta actividad sin comprometer la salud de quien produce y de la comunidad, mediante tres pasos:
-Realizar la crianza y faena en condiciones higiénico sanitarias seguras.
-Adoptar buenas prácticas en la elaboración de productos porcinos.
-Realizar la prueba de digestión artificial que descarta la presencia del parásito cada vez que se faene animales.
Al cumplir con las pautas que brinda el Senasa para la crianza de cerdos y la elaboración de productos alimenticios, todas las personas involucradas en esta cadena colaboran con la prevención de la triquinosis, protegen su actividad, evitan riesgos y producen alimentos seguros.