La petrolera estatal YPF confirmó que no avanzará con la construcción de una megaplanta de Gas Natural Licuado (GNL), la obra que había sido anunciada primero para Bahía Blanca y luego trasladada a Río Negro por decisión del gobierno de Javier Milei, y que representaba una importante inversión en conjunto con la petrolera malaya Petronas.

El presidente de YPF, Horacio Marín, oficializó lo que ya era un secreto a voces en el sector energético: la empresa no logró conseguir los socios estratégicos necesarios para llevar adelante el ambicioso proyecto, que demandaba una inversión estimada en hasta 50 mil millones de dólares.

En su lugar, la compañía petrolera estatal se volcará a la instalación de barcos de licuefacción frente a la costa para exportar el gas producido en Vaca Muerta, según informó La Política Online.

El giro estratégico se produce menos de un año después de que se anunciara el traslado del proyecto desde Bahía Blanca a Río Negro. Aquella decisión fue acompañada por la salida de la petrolera malaya Petronas, que había firmado un acuerdo con YPF en 2022. 

El Gobierno nacional insinuó en ese momento que Shell podría tomar su lugar, pero esa promesa tampoco se concretó.

A pesar de los gestos de respaldo que recibe en foros internacionales y redes sociales, los grandes proyectos de inversión productiva en la presidencia de Milei avanzan a cuentagotas. Ni siquiera el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), una de las principales apuestas del oficialismo para atraer capitales, logra despegar y traer consigo inversiones extranjeras contundentes.