Maximiliano Pullaro continúa con su rol como convencional constituyente mientras sigue siendo el gobernador de la provincia de Santa Fe, algo que genera polémica por el juego de intereses que el máximo responsable del Ejecutivo provincial maneja mientras se encarga de ser, a la vez, uno de los encargados de renovar la Constitución.
Hoy miércoles, mientras el resto de los convencionales se encontraban trabajando en el comienzo de las jornadas, el gobernador aprovechó y se dirigió a Coronda para celebrar el Día del Agente Penitenciario.
El gobernador no hizo uso de la licencia que podía solicitar en su rol de autoridad provincial y participa como uno de los convencionales constituyentes que en dos meses presentarán la nueva Constitución de Santa Fe, de la cual será parte del proceso y hasta podría sacar ventaja de ello.
Es que pese a ser uno de los artículos que demanda un interés particular en todo el espectro político santafesino, la posibilidad de que se permita una reelección sería una ventaja que el actual gobernador sacaría en su provecho.
Desde el gobierno provincial celebran la austeridad de la convención constituyente: se reutilizó la Cámara de Diputados para el proceso y los convencionales finalmente no cobrarán sus dietas, las que se les había adjudicado y eran similares a las de un legislador provincial.
Pero desde lo estrictamente político, el gobernador no abandona su rol como tal y participa de un proceso en donde no podrá ahondar al ciento por ciento en los intereses de ambas partes. Inclusive, ni siquiera participará de alguna de las ocho comisiones que fueron conformadas este miércoles.
El único caso de una autoridad ejecutiva en el plano político fue la del intendente de Pérez, Pablo Corsalini, quien solicitó licencia a su cargo para abocarse de lleno a la reforma.