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domingo, 07 marzo 2021 | Opinión

Este 8 de marzo, se me eriza la piel

Cómo en cada fecha que se respira lucha, como en cada movilización reclamando justicia, como cada vez que nombran a una mujer que hoy ya no está porque fue víctima de la violencia machista. Este 8 de marzo, se me eriza la piel.
Este 8 de marzo, se me eriza la piel Ni una menos, vivas nos queremos, paren de matarnos, por las que ya no están, justicia, ni una más… estas son algunas de las frases que vemos a diario en manifestaciones y reclamos de justicia por parte de mujeres y familiares de víctimas de violencia de género. Mujeres que han sido maltratadas, golpeadas, violadas, descuartizadas, asesinadas a sangre fría y con saña.. desaparecidas. Estas son las frases con las cuales salimos a la calle a pedir justicia, exigiendo al estado una respuesta por los femicidios que ocurren a diario.

Una mujer muere en Argentina cada 27hs, la mayor parte de los asesinatos son perpetrados por sus parejas o ex parejas, hombres. Muchas de las víctimas habían denunciado previamente al agresor. La mayor parte de los femicidas no tienen una condena justa o son liberados. Cada 27hs nos preguntamos quién podría ser la próxima, una madre, una amiga, una hermana, una mujer más víctima del patriarcado y la cultura machista. O bien, una misma.

Arranco esta nota del día de la mujer contando cómo es la realidad del presente, para que además de recordar el histórico hecho que determinó el día internacional de la mujer, también es importante que se visibilice la situación actual de las mismas en nuestro país.

Al 8 de marzo siempre se lo consideró un día festivo, pero nunca hubo nada que festejar, el origen de este "festejo" sin sentido se debe a un contexto histórico de desigualdad e ideología determinado por profundas desigualdades de género.

El 8 de marzo de 1908, ocurrió un suceso transcendental que marcó la historia del trabajo y la lucha sindical en el mundo entero: 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, luego de que se declararan en huelga con permanencia en su lugar de trabajo. El motivo se debía a la búsqueda de una reducción de jornada laboral a 10 horas, un salario igual al que percibían los hombres que hacían las mismas actividades y las malas condiciones de trabajo que padecían.

El dueño de la fábrica ordenó cerrar las puertas del edificio para que las mujeres desistieran y abandonaran el lugar. Sin embargo, el resultado fue la muerte de las obreras que se encontraban en el interior de la fábrica.

En 1910, en la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, en la capital danesa, Copenhague. Se proclamó oficialmente el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en homenaje a las mujeres caídas en la huelga de 1908.



Hoy en día el 8 de marzo es más que una simple conmemoración, porque refleja la lucha histórica de las mujeres, no solo en el trabajo sino en todos los ámbitos. Hoy, luchamos por ellas y por todas las mujeres que han muerto en contextos de desigualdad y violencia machista.

Se me eriza la piel cada vez que en los noticieros vemos el rostro de una mujer que desapareció, que fue asesinada, violada, descuartizada, enterrada y descartada. Se me eriza la piel leer como su asesino ideó el momento con todo detalle y sin dejar nada al azar; captarla, matarla, esconderla. Se me eriza la piel de solo pensar en ese momento, se me eriza la piel de solo pensar que puedo ser yo, que puede ser alguien de mi entorno. Se me eriza la piel de saber que le puede ocurrir, a cualquiera, solo por el hecho de ser mujer.

Se me eriza la piel de pensar que van a juzgarla, que preguntarán qué tenía puesto, que lo provocó y hasta van a decir que lo merecía. Porque para muchos, las culpables son las víctimas.

Pero también se me eriza la piel cuando nos movilizamos, cuando nos reunimos para luchar, porque nos sentimos seguras, sabemos que estamos acompañadas, que siempre va a haber una o varias manos compañeras. Apoyo, lucha y sororidad.

Se me eriza la piel cada 8 de marzo, cada 2 de junio, cada fecha que enmarca una lucha, porque aunque muchas veces pensemos que no sirve de nada, cada 8 de marzo recordamos a esas mujeres que lucharon hasta morir y a partir de ello marcaron una nueva era. Por ellas y por todas las mujeres, este 8 de marzo, se nos eriza la piel.

Hoy, paramos el mundo.

Por Julieta Luz Carnevale

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