11Noticias Lo Último PolicialesPoliticaPGSMartinDeportesGremialGremial
viernes, 12 septiembre 2014 | Opinión

El estado de Ludmila, es el Estado ausente

La beba de dos años y cuatro meses que ingresó la semana pasada al Hospital de Niños Víctor J. Vilela con un cuadro crítico encendió la alarma. Las carencias del sistema de salud y la falta de apoyo del Estado en los barrios periféricos quedaron a la vista.
El estado de Ludmila, es el Estado ausente No se encontraron resultados.El caso de la nena de dos años y cuatro meses que ingresó a un Hospital rosarino la semana pasada con un cuadro crítico, “shock séptico por una infección diseminada”, y en evidente estado de abandono por parte de sus padres, sorprendió a muchos y generó gran repercusión en los medios de la región. Quienes quizás no se sorprendieron mucho son los vecinos de barrio Copello, lugar donde hacía varios meses que estaba residiendo la menor.

Si bien la responsabilidad directa por el estado de salud de la pequeña recae sobre los padres – de hecho ambos están imputados por lesiones agravadas por el vínculo y abandono de persona – desde el gobierno municipal local, y quizás también provincial, deberán reflexionar seriamente al respecto. Y no es que se trate de cargar la culpa sobre alguien.

En primer lugar, las asistentes sociales que debían hacer un seguimiento sobre Ludmila y su familia, evidentemente no lo hacían. Y, seguramente, no era por mala predisposición, sino por imposibilidad. Es que en Capitán Bermúdez, una ciudad de más de 30 mil habitantes, sólo hay dos asistentes sociales trabajando de manera permanente.

La gente de barrio Copello tampoco se habrá sorprendido porque, lamentablemente, desde el Centro de Salud informaron que “casos como el de Ludmila hay muchos”. Esta confirmación llegó justo cuando este medio investigaba sobre el caso de un chico/a que vivía en el barrio y tuvo que ser internado en Rosario por un severo cuadro de desnutrición. Hasta los propios médicos se habrían sorprendido.

El efector local no cuenta con un pediatra, sólo trabajan una enfermera, una empleada administrativa y un médico clínico que va tres veces a la semana. Alrededor de 1000 familias viven allí y sólo se otorgan 40 turnos semanales para pediatría; veinte se podrán atender a pocas cuadras, en el Hospital Dr. Reynaldo Barrionuevo, y otros veinte tendrán que ver cómo llegar hasta el Centro Integrador Comunitario de villa Margarita.

Hablamos de un barrio que, por supuesto, no cuenta con cloacas ni pavimento; donde el servicio de recolección de residuos casi no existe; donde el agua no sale por las canillas en el verano. En ese marco, donde el Estado brilla por su ausencia, pequeñas bandas de narcotraficantes se han instalado en esa popular barriada de la zona oeste bermudence. No es casualidad que el fin de semana pasado la policía federal haya realizado varios allanamientos en ese sector de la ciudad.

Según algunas fuentes, los padres de Ludmila, ambos jóvenes, se encontrarían sufriendo problemas de adicciones. Que nadie piense, vale aclarar, que desde estas líneas se está intentando atenuar las responsabilidades de los progenitores de la única víctima que tiene este hecho lamentable, simplemente se trata de mostrar la realidad que se vive. Porque el estado en que ingresó Ludmila en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela el miércoles de la semana pasada, es también un reflejo de un Estado que está ausente, ya sea por acción u omisión.

Publicidad Publicidad Publicidad Publicidad Publicidad
San Lorenzo, Santa Fe, Argentina | C.P.: 2200 | +54 341 691 2807
© Copyright 2010, Todos los derechos reservados.
Registro ISSN - Propiedad Intelectual: Nº: RL-2023-30307622-APN-DNDA#MJ

ggg