
No se encontraron resultados.La historia de la yerba mate se remonta a muchísimo tiempo atrás y ha sido motivo de leyendas y mitos. La infusión que se prepara con ella es parte del “folclore” nacional y persiste aún hoy. Es hábito para todos sin distinción de edad o clase social.
Muchos de nosotros pensaremos en una ronda de mates, y sacaremos cuentas de cuantas cosas compartidas, discutidas, o aprendidas y más que nada sentidas. Cuantas decisiones que tomamos con un mate en la mano y cuantos momentos en que nos hubiera gustado tenerlo para suavizar la situación.
Creo fundamentalmente que en sus letras encierra su esencia y describe además como somos los argentinos.
M de Movimiento, es un ir y venir, es inquieto así como somos los argentinos, nos encanta dar vueltas entre nuestros pares y compartir lo dulce o amargo que nos presente la vida.
A de Amigo, el argentino es amiguero, y el mate en soledad es bueno, pero en compañía es mejor. Demás está decir que le viene bien cualquier lugar para hacer crecer amistades: el trabajo, la escuela, la vereda, la plaza, incluso durante un viaje.
T de Turista, el mate va de mano en mano sin problemas. Le gusta conocer gente nueva y costumbres diferentes, sabe que a veces lo prefieren cuando esta amargo, otras veces cuando esta dulce, muchas otras cuando está caliente y otras más bien tibio. El argentino en comparación es turista de ideas, sentimientos, de paisajes y de pensamientos.
E de Enredado , el mate suele ser confuso a la hora de prepararlo y cebar, ya que existen miles de formas y todas diferentes dependiendo de quién sea el que la explique. Al igual que los argentinos, todos distintos, cada loco con su tema, con miles de contradicciones, difíciles de entender a los ojos de afuera. Hasta que se hacen costumbre.
El mate para el argentino es excusa, es compañía, es reflexión, es símbolo, es gracias y por favor, es dulce o es amargo. “Es tradición.”
Agustina Sola