Polonia y Bulgaria se quedaron sin suministro de gas proveniente desde Rusia, luego de una medida impuesta por el gobierno de Vladimir Putin en el marco del conflicto bélico con Ucrania y el bloque occidental europeo.

La medida se da ya que la empresa búlgara Bulgargaz y la estatal polaca PGNiG no aceptaron pagar el precio del gas ruso en rublos, moneda local del país euroasiático, tal como lo había ordenado el Kremlin en el marco de la guerra.

Del otro lado, estos países alineados al bloque occidental de la Unión Europea señalan que se trata de una que no afectará al suministro local, y que buscarán comprar el fluido por otros lugares.

Del total de las importaciones de la Unión Europea, un 45% corresponden al gas provisto por Rusia, a través de la corporación estatal Gazprom.