El Secretario General del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), Raúl Durdos, lanzó un duro comunicado sobre el conflicto que atraviesa la actividad pesquera en la ciudad de Rawson, acusando a los empresarios del sector de monopolizar la actividad y someter a los trabajadores a condiciones cada vez más precarias. "Hoy ya no quedan esos empresarios de palabra. El sector está monopolizado por unos pocos buitres que desde 2007 nos tienen como rehenes de las necesidades de nuestras familias", aseguró Durdos.

Desde principios de la década de 2000, Rawson se consolidó como la capital del langostino por la calidad y cantidad que se extrae de sus aguas. Durante años, los trabajadores lucharon por mejoras salariales y condiciones dignas a bordo de los barcos. Sin embargo, lo que en un principio fue un avance con la firma de un Convenio Colectivo de Trabajo en 2004, pronto se convirtió en una trampa para los pescadores.

"Dentro de ese acuerdo había una cláusula que permitía descontar un 19% del valor del langostino capturado, supuestamente para cubrir salarios en temporada baja. Eso funcionaba cuando la palabra valía más que cualquier documento. Hoy esos empresarios ya no existen", afirmó Durdos.

El líder sindical remarcó que, desde 2007, los trabajadores sufren constantes abusos por parte de los empresarios, que pagaban lo que querían. "Nos hacían traer cajones de 25 kilos de langostino y nos pagaban por 10 kilos, y si decían que el pescado tenía melanosis, nos descontaban aún más. Se hicieron millonarios a costillas del trabajador", denunció.

A lo largo de los años, la flota pesquera de Rawson creció exponencialmente, pasando de 25 lanchas de madera con capacidad de 400 cajones, a una flota que hoy transporta entre 1.000 y 3.400 cajones por barco. Sin embargo, Durdos señaló que las condiciones de los marineros empeoraron. "Desde 2017 hemos firmado actas de recomposición salarial cada seis meses, basadas en la inflación. Pero desde la llegada de Gustavo González a la Cámara de la Flota Amarilla en 2019, las negociaciones se volvieron cada vez más trabadas. Hoy, con el patrocinio del abogado Diego Martínez Zapata, directamente desconocen los acuerdos que ellos mismos firmaron".

El conflicto se agudizó en octubre de 2023, cuando se llegó a un acuerdo salarial para la temporada 2023/24, estableciendo un valor de $600,20 pesos por kilo de langostino. El acuerdo incluía una cláusula gatillo que ajustaba los salarios de acuerdo a la inflación, pero hasta el día de hoy, los trabajadores no han visto reflejado ese aumento.

"Estamos cobrando lo mismo que hace un año, cuando la inflación ya superó el 100%. Es una temporada atípica, donde nuestros compañeros salen a trabajar sin saber cuánto van a ganar", explicó Durdos.