Después de días de expectativa y humo blanco, el mundo ya conoce al nuevo líder de la Iglesia Católica. El cónclave, compuesto por 115 cardenales de todo el mundo, eligió al Papa número 267 en la historia del Vaticano.
El elegido es Robert Prevost, de Estados Unidos, quien a partir de ahora llevará el nombre de León XIV. Con su elección, se abre una nueva etapa en la Iglesia, marcada por los desafíos del mundo actual: paz, migraciones, cambio climático y fe en tiempos de crisis.
Robert Prevost, de la orden de los agustinos, de 68 años, nacido en Chicago, pero que vivió más de 18 años en Perú, primero desarrollando tareas desde su congregación desde 2015 como obispo de Chiclayo.
El cónclave fue relativamente breve, y en pocos días se llegó al consenso. La tradicional fumata blanca desde la chimenea de la Capilla Sixtina marcó el final del proceso y el inicio de un nuevo papado.
Con una formación sólida, es licenciado en Matemáticas por la Universidad de Villanova y doctor en Derecho Canónico por el Angelicum, lo que le da una rara combinación de rigor intelectual y sensibilidad pastoral.
Entre 1985 y 2003 vivió en Perú, donde dirigió seminarios, formó a nuevos sacerdotes y trabajó en zonas marginadas de Trujillo, con un fuerte compromiso en temas sociales y en especial con la situación de los migrantes.
Luego, entre 2001 y 2013, formó parte de la Curia General de los agustinos, desde donde condujo una orden presente en más de 50 países. Esa experiencia le dio práctica en el arte de equilibrar tradición y reforma, algo que muchos expertos destacan como clave para dialogar con todos los sectores dentro de la Iglesia, tanto conservadores como progresistas.