El violento e inexplicable ataque a la joven Brenda Giles para robarle su vehículo el pasado viernes en barrio Capitán Bermúdez fue la gota que rebalsó el vaso en la comunidad sanlorencina. El intendente Leonardo Raimundo se puso al frente del reclamo de seguridad de los vecinos, asumió riesgos y podría salir fortalecido tras una incómoda y compleja situación en medio de una campaña electoral.

Raimundo ya había tomado nota tras las PASO de la necesidad de asumir responsabilidades frente a la problemática, a pesar de la falta de recursos y herramientas de un municipio ante algo que debe ser abordado fundamentalmente por el Estado provincial. Y sabía que la “pasividad” ante la situación ya no era una opción. Su estrategia era pegarse a Maximiliano Pullaro y trabajar con sus equipos.

Tras el ataque a Brenda, decidió ponerse al frente del reclamo a la Provincia en persona, cortando la Autopista Rosario - Santa Fe junto a los taxistas de la localidad que encabezaron la protesta -el padre de la joven atacada es taxista- y se expuso asumiendo riesgos altísimos. Incluso las primeras reacciones ante la decisión del jefe municipal pudieron tomarse como negativas: lo acusaban de oportunista y de “hacer política” de la tragedia. La pregunta es: ¿Qué hace un dirigente político si no es política para resolver una problemática como esta?

El propio intendente reconoció este lunes que “no nos gusta lo que hicimos y sabemos que está mal” y pidió “dejar eso en el pasado”. Sabe que jugó al límite, pero logró su objetivo. El corte en la principal conexión vial de la provincia se inició a últimas horas del viernes y el sábado al mediodía se apersonó el ministro de Gestión provincial, Marcos Corach, para firmar un compromiso con Raimundo para el arribo de 100 nuevos policías a la localidad. De 6 a 100, un contraste enorme. Y la suma de 25 móviles policiales.



Este lunes a primera hora en la sede de la URXVII se presentaron los nuevos efectivos y los nuevos patrulleros. Raimundo agradeció a “todos los que han hecho esto posible”, y agregó: “Sabemos también que no es la solución traer más policías y más móviles, pero es un principio de tranquilidad para el pueblo de San Lorenzo”.

Más allá de que no se trate de la solución definitiva, estos anuncios podrían significar un alivio importante en materia de prevención de delitos en la localidad. Y generarán además un cambio notorio en la percepción que tenían los vecinos del intendente frente a la problemática. Se puso al frente del reclamo (literalmente) y logró resultados perceptibles en pocas horas. Todo en un clima de tensión y bronca por el brutal ataque que sufrió Brenda, que afortunadamente comenzó a evolucionar favorablemente.

Mientras tanto, la oposición optó por el silencio. En principio fue un silencio respetuoso y atinado. Pero con el correr de las horas parece más vinculado a la inacción y a la falta de reacción. Raimundo asumió todos los riesgos en contexto adverso y complejo, jugó al límite y ahora podría salir fortalecido ante los resultados obtenidos.