El intendente Leonardo Raimundo fue uno de los ganadores de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en la ciudad de San Lorenzo, aunque se trató de una victoria que lo dejó con sabor a poco. Acostumbrado a obtener triunfos más holgados y con una oposición por lo general dispersa, los apenas 1.000 votos que lo separaron del segundo candidato a intendente más votado (según el escrutinio provisorio), el concejal Esteban Aricó, lo llevaron a dar un giro de 180 grados en su campaña electoral.

El jefe municipal sanlorencino sufrió una fuga de votos significativa en comparación a comicios anteriores. En las PASO de 2019 había obtenido unos 4.500 más que el pasado 16 de julio. Raimundo evidentemente tomó nota de un mensaje de los sanlorencinos y busca mitigar el efecto “inseguridad”.

La ola de robos y delitos que atraviesa San Lorenzo desde hace meses puso a la problemática en el eje central de las preocupaciones de los vecinos, y desde sectores de la oposición machacaron una y otra vez sobre una supuesta inacción del municipio ante este flagelo. En la previa de las PASO, Raimundo optó por recordar que la seguridad es responsabilidad del gobierno provincial e intentó centrarse en las políticas que viene desarrollando el municipio, vinculadas principalmente a la obra pública, a la cultura y a la juventud.

Ahora, de cara a las generales, el intendente recogió el guante y decidió él mismo poner a la seguridad en el centro de la campaña. Para eso decidió pegarse a la figura del candidato a gobernador Maximiliano Pullaro, el gran ganador de las primarias en la provincia de Santa Fe. Raimundo comunicó que ya trabaja con el ex ministro de Seguridad de Miguel Lifschitz en un plan para devolverle la tranquilidad a los sanlorencinos, con Pullaro en la gobernación y con él un mandato más frente al municipio.

Cabe destacar además que en la previa de las PASO Raimundo tampoco podía mostrarse demasiado cercano a Pullaro. Es que cerró filas con el espacio de Carolina Losada, aunque fiel a su estilo lo hizo sin comprometerse demasiado con la campaña más allá de su terruño. Es que hasta estas elecciones tampoco había necesitado apoyarse en nadie hacia arriba, sino que por el contrario desde arriba bajaban a la localidad en busca de la bendición de un jefe municipal que contaba con un apoyo arrasador en las urnas. Ahora busca fortalecerse en la unidad del frente Unidos Para Cambiar Santa Fe, con todas las candidaturas ya definidas.

A pesar del triunfo ajustado en las primarias, Raimundo sigue siendo a priori el favorito para continuar al frente de la Intendencia de San Lorenzo. Tomó nota de los errores de la campaña previa al 16 de julio -quizás responsabilidad de los encargados de la comunicación de su campaña- y cambió el eje para las generales. El 10 de septiembre se sabrá si el volantazo fue a tiempo para ratificar su liderazgo en las urnas, no sólo como candidato más votado, sino para volver a los triunfos arrasadores que supo obtener.