“Antes de morirme quiero pasar una fiesta con mi familia”. La frase es de Ángela, una vecina de barrio Moreno que nació hace 77 años en Tucumán y que hace más de 50 vive en San Lorenzo. Como tantos otros, la mujer se muestra entusiasmada con el regreso del tren a la ciudad, un medio de transporte económico que le permitirá estar más cerca de sus familiares y poder cumplir su sueño.

Ángela es oriunda de Banda del Río Salí, una localidad en las afueras de la capital tucumana, y si bien nunca dejó de visitar su tierra natal, hacerlo en colectivo se le dificulta por los elevados costos que supone. Un boleto de micro desde Rosario hasta Tucumán cuesta al menos 10 mil pesos, mientras que en tren se puede viajar por menos de 600 pesos.

Así, la incorporación nuevamente, después de casi tres décadas, de una parada en la Estación San Lorenzo Mitre del servicio de pasajeros que une Buenos Aires con Tucumán le permite no sólo acceder a un pasaje mucho más barato, sino también rememorar viejos tiempos. Es que Ángela era una de las tantas pasajeras que hasta 1993, año en que dejó de detenerse el servicio a Tucumán en la ciudad, utilizaba con asiduidad el servicio para visitar a su familia.

Ahora podrá hacerlo nuevamente caminando sólo unas cuadras desde su casa de calle Curupaytí hasta la estación de Chile al 1600, sin la necesidad incluso de tener que acercarse hasta Rosario Norte. Aunque otras de las dificultades que se le presenta es la de conseguir un boleto, no sólo porque suelen agotarse muy rápidamente, sino porque solamente pueden conseguirse de manera online y la mujer no cuenta con las herramientas y los conocimientos necesarios para hacerlo.

“La mayoría de la gente en el barrio está muy contenta porque vuelve el tren, hacía años que no pasaba. Estamos muy contentos, yo soy la principal que viajo a ver a mi familia a Tucumán”, reconoce Ángela, y destaca: “Yo le puedo decir a mi nieta que me compre, pero el problema es que no se consiguen pasajes”

En ese sentido, y con conocimiento de causa, remarca que si uno quiere adquirir un pasaje desde Tucumán para viajar hacia Rosario o hacia Buenos Aires no se encuentra con tantas dificultades para hacerlo. Y recuerda una anécdota de una de sus últimas visitas a Tucumán. “Estábamos en la estación y el tren llegó vacío, cómo va a llegar vacío el tren a Tucumán. Se armó un lío bárbaro”, cuenta.

La indignación que generó la imagen del tren vacío, a pesar de que no suelen conseguirse pasajes porque supuestamente están agotados, despertó las sospechas, una vez más, sobre posibles maniobras de empresas de colectivos que adquieren los tickets para obligar a los pasajeros a viajar en micro. Esto fue denunciado recientemente, pero nunca hubo una investigación concluyente sobre las causas o los motivos de que los servicios estén vacíos pero con pasajes agotados.

“Ahora en vacaciones de invierno queríamos ir, pero no conseguimos”, lamenta Ángela. De todas maneras, no pierde la esperanza de volver a viajar en tren a su Tucumán natal, y también se entusiasma con la posibilidad de recibir visitas. “Mis familiares no venían porque el tren paraba en Rosario, había que tomarse después un taxi; pero ahora pueden bajar acá”, señala con felicidad la mujer y dice que aun no les comunicó la buena nueva a sus conocidos tucumanos de que ahora el tren también para a un par de cuadras de su casa para que la vengan a visitar.

El barrio también se entusiasma

El tren es un elemento presente desde siempre en la vida de los vecinos y vecinas de barrio Moreno. Su territorio se encuentra delimitado por las calles San Juan y Mitre y por dos vías del ferrocarril: las del Belgrano Cargas al este y las del General Mitre al Oeste, donde se ubica la Estación que recibe al tren de pasajeros.

Muchos todavía guardan recuerdos de los distintos trenes de pasajeros que se detenían otrora en la Estación y el barrio se entusiasma con recuperar parte de su esencia. Así lo reconoce el presidente de la Vecinal, Hugo Ludueña: “Cuando estuvo en su momento, fue algo muy lindo. Esto era una autopista de autos, de gente que venía a tomar el tren”.



“Esperamos muchos años el asfaltado de República de Chile y ganamos algo grandioso gracias a eso. Que hoy en día haya una parada del tren acá seguramente va a ser algo positivo para el barrio”, valora Ludueña, aunque reconoce que aun no se realizaron mejoras significativas en el entorno del espacio y considera que sería bueno, entre otras cosas, colocar más iluminación en el sector.

Con sus 36 años, el sanlorencino pudo vivenciar el paso por el barrio del tan mentado Estrella del Norte, que se detuvo en la estación hasta 1993, o del servicio que unía Buenos Aires con Santa Fe, que dejó de funcionar en 2008. “Nosotros íbamos con los chicos del barrio a saludar”, cuenta.

Ludueña indica además que ahora en el barrio “todos quieren viajar, conocer, irse unos días”, y agrega: “Con mi familia pensamos en hacer un viaje para vivir la experiencia, los costos son acordes, tarda mucho más pero todos me han dicho que es una experiencia que no se olvida, también pensamos en hacer lo mismo”.