Paula Perassi desapareció el domingo 18 de septiembre de 2011 de su casa ubicada en el barrio Del Combate de la ciudad de San Lorenzo. A 13 años, todavía no se tiene conocimiento de su paradero.

Un simple primer párrafo grafica una historia que constituye uno de los hechos más graves de los 40 años de democracia ininterrumpidos que la sociedad argentina vivencia.

Una desaparición, un expediente policial, un hecho concreto, que se volvió casi identitario de una sociedad sanlorencina que conoce a la perfección el hecho, a quienes se señaló como culpables y a quienes como cómplices, pese a que la Justicia no pudo determinar cómo se desarrollaron varias aristas de la causa.

Paula Perassi fue un caso que estremeció a toda la ciudad. En silencio, porque durante años hubo conjeturas mucho más fuertes que el pedido de Justicia. En 2020, el juicio tras la posterior apelación, y la prisión para Gabriel Strumia y Roxana Michl, esta ultima hoy con libertad condicional, no significó prácticamente nada para una causa que aún sigue abierta y a la espera de nuevas pistas.



La provincia, a través del Ministerio de Justicia, otorga hoy una recompensa de 30 millones de pesos para quien aporte datos fehacientes que puedan abrir nuevas pistas para la causa, hoy en poder del fiscal Aquiles Balbis, del Ministerio Público de la Acusación santafesino.

"Las recompensas incentivan. También puede mover a alguien que haya tenido complicidad”, sostuvo Juan Nóbile, sanlorencino miembro del Equipo Argentino de Antropología Forense, prestigiosa institución que reconstruyó parte de la memoria enterrada durante la dictadura cívico militar, y tiene entre sus tareas la de buscar, hasta que el cuerpo aparezca, a Paula Perassi.



La sanlorencina tendría hoy 47 años de edad. También tendría un hijo de alrededor de 12 años de edad, pero un aborto clandestino no permitió que así sea. Intervención que tampoco dejó, según la hipótesis mas sólida, que ella siguiese con vida.

Ahí está el punto más trágico y conflictivo de la historia: la Justicia nunca pudo determinar quienes facilitaron la desaparición del cuerpo, algo que requiere de la cobertura de quienes se encuentran en las instituciones del poder. Los policías señalados fueron absueltos, y nunca más se retomó la posibilidad de seguir investigando a la fuerza.

Alberto y Alicia Perassi nunca descansaron en pedir las pistas necesarias, de señalar a quienes algo saben, debieron saber, o sabían, de pedir justicia cada 18 de cada mes en la esquina de los bancos de San Lorenzo, a veces con las calles cortadas, a veces solos, de reclamar y no dejar de exigir que digan dónde está Paula.



“Es el caso más grave de violencia institucional que hemos tenido en la historia democrática. Desapareció una chica de 33 años del centro de la ciudad de san lorenzo a las tres de la tarde. La familia pasó por toda una serie encadenada de violencia institucional: no creerle, pensar conjeturas sobre la conducta de la víctima, no ser escuchado, que la causa esté a punto de cerrarse. Es el caso más grave sin duda de la historia democrática reciente de nuestro país”, concluyó Nóbile.