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viernes, 11 mayo 2012 | Salud

Sólo una cuestión de edad

Alrededor de los cuarenta años, solemos notar que la visión cercana, comienza a fallar. Actividades como leer o escribir se tornan cada vez más incómodas. Enhebrara una aguja o realizar trabajos tan delicados pueden presentarse casi irrealizables, además aumenta la fatiga visual y la imposibilidad de realizar trabajos prolongados utilizando la visón de cerca. Este defecto ocular se denomina “presbicia”.
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Con el paso de los años el ojo va perdiendo su capacidad de acomodación, es una condición fisiológica y no patológica. El cristalino, que es la lente natural que existe dentro de nuestros ojos, es elástico y transparente, pero pasados los años, la cápsula que lo recubre comienza a aumentar su espesor y a perder elasticidad. Esto impide que podamos enfocar correctamente.

Es importante destacar que el tiempo de aparición de este trastorno va a depender de diversos factores. Tanto de su actividad laboral, de la práctica de deportes, o bien del esfuerzo visual que realice en su vida diaria. Si la persona es miope, es decir que posee dificultades de visión lejana, es posible que los síntomas de presbicia aparezcan más tarde que en el hipermétrope que ya posee dificultades para visión cercana, en el cual seguramente aparecerán antes de los cuarenta años.

Son muchos los tipos de lentes que podemos utilizar para corregir la presbicia, entre ellos:

* Monofocales: se arman en un armazón pequeño, que se coloca en una posición cercana a la punta de la nariz. De esta manera el paciente al bajar la vista podrá ver nítidamente. Son ideales para personas que solo necesiten corrección de la visión próxima.

* Bifocales: Presentan graduación “para lejos” en la parte superior y “de cerca” en la inferior, siendo visible la división entre ambas. Son adecuadas para aquellos que necesiten alternar entre visión cercana y lejana. Pero pierden la visión intermedia (60 cm).

* Multifocales o Progresivos: le ofrecen al présbita la posibilidad de enfocar todas las distancias incluyendo la intermedia. Ya que al igual que en el bifocal la graduación “para lejos” se encuentra arriba y la “de cerca” abajo pero de una a otra pasan progresivamente es por eso que además son lentes mucho más estéticas puesto que no presentan líneas divisorias.

Es importante que realice una consulta con su médico oftalmólogo o con su óptico de confianza, cuando note alguno de los síntomas antes mencionados, ellos sabrán asesorarlo sobre la mejor solución.

Karina Andrea Sola Técnica Universitaria en Óptica y ContactologíA. Mat. Nº 0638

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