Las altas temperaturas pueden representar un riesgo para nuestra salud, especialmente cuando se trata de golpes de calor. Estas condiciones extremas pueden ser peligrosas, pero con algunas precauciones simples y recomendaciones médicas, podemos protegernos y evitar las consecuencias a la salud en este tipo de situaciones.
Los principales
síntomas de un golpe de calor son la
sudoración excesiva, los mareos, la piel enrojecida, caliente y seca, dolor de cabeza, confusiones, y respiración y pulso débil. Uno de los factores importantes a tener en cuenta es
controlar la temperatura corporal, ya que elevar la misma, al exponerse al calor, y que llegue a los 39 grados podría generar un cuadro de hipertermia.
Para evitar estas circunstancias de riesgo para la salud, se recomiendan tener en cuenta diferentes factores.
Hidratación constante: Mantener el cuerpo hidratado bebiendo agua regularmente, incluso si no aparece la sed. Evitar las bebidas alcohólicas y con cafeína, ya que pueden contribuir a la deshidratación. Optá por agua fresca, jugos naturales y bebidas deportivas que repongan los electrolitos perdidos.
Ropa adecuada: Usa ropa ligera, de colores claros y tejidos transpirables, como algodón o lino. Evitá las telas sintéticas que atrapan el calor y dificultan la evaporación del sudor.
No exponerse al sol: Usa protector solar con un alto factor de protección (SPF) para evitar quemaduras solares. También es recomendable utilizar sombreros de ala ancha y gafas de sol para proteger rostro y ojos de los rayos UV.
Evitá las horas pico de calor: Durante los días más calurosos, tratá de limitar las actividades al aire libre en las horas de mayor radiación solar, generalmente entre las 10 a.m. y las 4 p.m. Busca lugares frescos y sombríos para descansar cuando sea necesario.
Utilizá
ventiladores y acondicionadores de aire: Si es posible, mantené tu entorno fresco utilizando ventiladores o acondicionadores de aire.
Planificá actividades físicas: Si pensás en hacer deportes, elegí las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde, cuando las temperaturas son más frescas. No te esfuerces demasiado y escuchá a tu cuerpo. Si experimentás mareos, debilidad o fatiga, detené la actividad y buscá un lugar fresco para descansar.
Cuidá a los más vulnerables: Prestá especial atención a los niños pequeños, los adultos mayores y las mascotas, ya que son más propensos a sufrir los efectos del calor extremo. Asegurate de que estén bien hidratados, se mantengan en lugares frescos y eviten la exposición directa al sol.