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La tecnología es donde más se nota como los niños nos superan; si esta última va de la mano con el progreso bienvenido sea. Pero no siempre es así. La tecnología cuando se emplea para hechos puntuales, extraer información con la computadora es bueno, estar adicto a la misma es peligroso;

1º) porque le resta al niño habita de vida natural, pierde contacto con la naturaleza.

2º) invita a la vida sedentaria y a comer.

Con el advenimiento de la gripe “a” el país no sólo se paró laboralmente, sino que se refugió en sus hogares (mayoritariamente), tal fue así que disminuyeron abruptamente las enfermedades de la época invernal, las que están reapareciendo ahora por la concentración masiva escolar y también (por supuesto), por el aumento del rápido intercambio de los lazos sociales.

Como consecuencia del parate de la epidemia, aumentó la obesidad en los niños; los gorditos, más gorditos y otros, hecho que llamó poderosamente la atención a los pediatras. ¿Los Culpables? mucha computación; mucha televisión y/o películas compradas ; entonces sedentarismo y comidas , sobre todo , dulce y salado.

3º) si a ello le agregamos, el excesivo uso de los celulares y el abuso con los mensajitos (la argentina esta 2dª, después de España en el manejo de esos aparatitos en el mundo), tenemos un agravante con respecto a la excitación neuronal.

Este estado de cosas conlleva a un excesivo estímulo del cerebro que raya en lo peligroso; pues le quita energía intelectual a las neuronas con el peligro de producir el “síndrome de claudicación intelectual” el mismo consiste en la pérdida temporal de la memoria cognitiva interpersonal. Por ejemplo (los casos que se han visto); el niño/a, superestimulado por la electrónica llega un momento que satura su autocontrol intelectual y abruptamente pierde la conciencia (con o sin desmayos), a veces hace convulsión y entra en estado de letargo intelectual, no conoce a sus familiares. Ni amigos, lo que naturalmente los angustia.

El abuso de la electrónica, sumado al superaprendizaje escolar de por sí, mas el hecho de poner a los niños al día, por el parate epidemiológico está generando angustia extrema, tanto del chico como sus padres. En realidad en un año complicado donde la ausencia escolar “obligada”, superó todas las expectativas, lo lógico sería hacer evaluaciones.

Estas dificultades producen excesiva preocupación, al adolescente lo deprime, al niño pequeño lo sobreexcita y puede llegar a la agresión.

Nuestras costumbres culinarias también contribuyen a la excitación del niño. Normalmente el café, tiene 125 mcr de cafeína por cada pocillito de los que te sirven en un bar. Fuera de esa cifra es estimulante para un “adulto”.

Ahora bien una bebida cola tiene 135mcg de cafeína por ese pocillito de café antes citado. Como se vive hoy en día, los niños término medio ingieren más de dos vasos ( 200cc de capacidad cada uno), ni que hablar en un cumpleaños, o una fiestita; los lazos sociales en los niños, y por ende las fiestitas habituales han aumentado considerablemente).

En un cumpleaños por ejemplo un niño ingiere hasta 300 a 400 cc de bebida cola. Imagínense lo estimulado que están por la cafeína en exceso, además del hervor social que significa el juego de treinta chicos en este tipo de eventos, siempre alguien sale lastimado, aparte de las peleas propias del juego infantil.

A ello agreguemos el mate, el mate cocido (mateína), el té, que posee teína no entiendo porque en algunos colegios les hacen beber “te sólo” a los infantes, habría que reveer esa actitud.

Por la vida acelerada se comen alimentos chatarras que valga la paradoja dejan ser alimentos. Desayunos rápidos hipocalóricos e hipovitamínicos disminuyen la capacidad de intelectualizar lo que poco se aprende.

Los niños actuales tienen un enorme déficits de vegetales y frutas, o en el peor de los casos ingieren frutas y/o vegetales de frigorífico sacrificados con plaguicidas, que “aumentan el nivel estrogénico de nenas y varones”.

La cafeína, la mateína, y la teína, tienen un común denominador: son estimulantes. Si sumamos la cantidad que ingieren término medio los niños de estos estimulantes, mas las preocupaciones de sus obligaciones escolares, inevitablemente estamos en la preocupante presencia de niños sobreestimulados. De allí que la rebeldía y las peleas escolares son consecuencias.

Para terminar y sintetizando: computación desmedida + abuso de los celulares + TV + las bebidas colas + los estimulantes que significan, la cafeína, la mateína, y la teína, entre otras cosas, el niño es superado en sus emociones y actividad intelectual; una peligrosa dupla que lleva a las clásicas peleas, riñas , distracción del aprendizaje, irrespestuosidad a sus superiores.

Muchas gracias Dr. Lallo A. Lelli