En la mañana de este viernes, el tribunal rosarino compuesto por los Jueces de Primera instancia Dres. Vico Gimena, Coria y Foppiani condenó a Oscar Alberto R. de 60 años a la pena de 26 años de prisión efectiva por haber tenido secuestrada y haber abusado, esclavizado y golpeado a su esposa desde 1996 hasta 2019.

Los delitos que se le achacaron son los de Privación ilegítima de la libertad agravada en concurso ideal con el delito de Reducción a la servidumbre en concurso real con Abuso sexual con acceso carnal, en grado consumado y en calidad de autor.

Reconstrucción

La Fiscal Dra. Luciana Vallarella de la Oficina de Violencia de Género reconstruyó los hechos y acusó a Oscar R. por el hecho ocurrido en Santiago al 3500 de Rosario, cuando desde el día 6 de mayo de 1996 mantuvo retenida en contra de su voluntad a su pareja, hoy de 43 años, ejerciendo violencia contra ella valiéndose de agresiones físicas y manteniéndola atada cuando se ausentaba del domicilio. El resto del tiempo le efectuaba amenazas para intimidarla y amedrentarla.

Los hechos ocurrieron hasta el 8 de mayo de 2019, día en que la víctima logró escaparse de la vivienda aprovechando un descuido del imputado. Se le atribuyó también haber sometido a su voluntad a la víctima, reduciendo su ámbito de autodeterminación, todo sucedido en un contexto de violencia de género ya que ambos tenían una relación de pareja desde que la víctima tenía 18 años.

Se le atribuyó en el mismo contexto de sometimiento sostenido a través de actos violentos tanto físicos como psicológicos haber abusado sexualmente de la víctima en dicha vivienda de calle Santiago al 3500 de Rosario, habiendo sido el último hecho en fecha 20 de abril del 2019.


Interior del altillo donde la tenía secuestrada

Relato estremecedor

Según publicó el diario La Capital, la víctima, María Eugenia, hoy de 43 años fue mamá muy joven, a los 16 años, cuando nació su hijo Facundo producto de un matrimonio que terminó rápido. Cuando en 1995 tenía 18 años empezó a salir con Oscar. Lo vio como un hombre atento y protector, pero advirtió que era obsesivo y celoso. Ostentaba armas y ejercía seguimientos sobre las actividades de ella y toda su familia.

“Ella tenía apenas 19 años cuando la secuestró y encerró en un altillo. Le torció la voluntad, la sometía a golpes, la abusaba, la ajusticiaba con cintos y cadenas debajo del agua. Todo ese tiempo la amenazaba con matar a su hijo y a toda la familia si pretendía escapar. Su padre, preocupado y desorientado, le mandaba cartas y notas que nunca llegaron a sus manos porque se las escondían. El hombre murió mientras su hija estaba en cautiverio”, expresa la nota del citado medio.