Alumnos de la escuela Immanuel Kant de la localidad de
San Jerónimo se agolpan en la parada para intentar subir a un colectivo de la
línea 33/9 y así poder regresar a sus hogares en Roldán. Estudiantes de la
Escuela Agrotécnica de Ricardone esperan el
35/9 en
Capitán Bermúdez pero
el chofer no frena. Son solo algunos de los reclamos recibidos en la primera semana del comienzo de las clases.
Estas situaciones
se repiten año a año con el comienzo del ciclo lectivo y se sostienen durante todo el año, sobre todo después la pandemia. Y, al menos en el Gran Rosario,
los reclamos tienen un punto en común: el mal servicio brindado por la
empresa monopólica Rosario Bus, que tiene a su cargo la gran mayoría de las líneas.
A las
pocas frecuencias que tienen, por ejemplo, el
Expreso y el 35/9 en el Cordón Industrial, se le deben sumar el
mal estado de las unidades, muchas de las cuales tiene
más de 10 años de antigüedad, pese a que la legislación estipula que cada una década se deben renovar los coches.
“Con unidades en malas condiciones, que incluso
cuando llueve a veces parece que llueve más adentro del colectivo que afuera, el sistema de transporte en la provincia de Santa Fe está en crisis y en nuestra región vemos como las empresas que prestan servicios de transporte interurbano generan una
afectación cada vez peor en términos de calidad y accesibilidad,
quitando frecuencias y quitando recorridos”, analizó el concejal sanlorencino
Martín Cerdera en diálogo con
11Noticias.
Y agregó: “A todo eso hay que sumarle el
aumento del boleto y vamos a entrar en un círculo vicioso que
por culpa de este aumento, muchos usuarios seguramente van a dejar de tomarse el colectivo y el sistema va a perder ingresos y va a generar cada vez un peor servicio hasta el punto de poder desaparecer”.
Es dable recordar que
el gobierno provincial autorizó un aumento del boleto interurbano en torno al 150% que en algunos casos
como el Tata Rápido ya está vigente y, por su parte, en la empresa de colectivos amarillos
se debe esperar que el incremento impacte en el sistema de la tarjeta SUBE, que suele demorar algunas semanas.