El hallazgo se produjo en una zona alejada y poco transitada, cerca del puente ubicado al oeste de la ciudad, entre la calle Alem y el conocido "camino de la perrera", un lugar solitario flanqueado por las vías del ferrocarril. Allí, los vecinos encontraron el cuerpo boca arriba, completamente carbonizado, como si alguien hubiera querido borrar toda evidencia de lo ocurrido.

Tras el llamado al 911, personal policial se hizo presente rápidamente en el lugar y procedió a acordonar la zona para preservar la escena. Poco después llegó el fiscal de turno, Franco Miatello, junto a personal de Criminalística, que comenzó a trabajar en la recolección de pruebas y en el intento de identificar a la víctima.

Por el momento, se desconoce tanto la identidad del cuerpo como las circunstancias exactas de su muerte. Sin embargo, la escena deja entrever un nivel de violencia extrema y un intento evidente de ocultar el crimen a través del fuego.

Las autoridades ya analizan imágenes de cámaras de seguridad cercanas y esperan los resultados de las pericias forenses que se le realizarán al cuerpo en las próximas horas.