
No se encontraron resultados.Este lunes no será uno más en la provincia: hoy se recordará como un mojón histórico que marca un antes y un después en la justicia penal de Santa Fe. El sistema inquisitivo, escrito, caracterizado por la centralidad del expediente, quedará archivado, definitivamente, en un pasado donde abundan imágenes de una justicia lejana e inaccesible. El nuevo modelo, en cambio, es oral y público en todas sus instancias (no sólo en el juicio). El proceso está a la vista de las partes y de la sociedad, lo que determina una justicia más ágil, transparente, cercana y, sobre todo, más comprensible y humana.
El gobernador Antonio Bonfatti, junto con el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Juan Lewis, se reunirán hoy a las 11:30 con los miembros de la Corte y luego recorrerán las nuevas salas de Audiencias y Oficinas de Gestión Judicial, ubicadas en San Jerónimo 1551 de la ciudad de Santa Fe. También estarán presentes el vicegobernador Jorge Henn; y los ministros de Gobierno y Reforma del Estado, Rubén Galassi; y de Seguridad, Raúl Lamberto.
En el nuevo enjuiciamiento penal, la víctima de un delito o sus familiares, convidados de piedra en el sistema anterior pues no eran parte del proceso, pasan a ocupar el centro de la escena, porque pueden convertirse en querellantes y recibir respuestas más rápidas y acordes a sus necesidades. Otra novedad es que los fiscales se encargan de investigar y los jueces sólo tienen por obligación resolver, en función de las pruebas y elementos aportados por el Ministerio Público de la Acusación y la defensa.
Este histórico cambio reconfigura por completo la justicia de Santa Fe, poniéndola en consonancia con los principios que contiene la Constitución Nacional y los tratados internacionales. “De esta manera se salda una vieja deuda y se cumple con una asignatura pendiente que el Poder Ejecutivo asumió como política de Estado para articular con el resto de los poderes”, indicó el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Juan Lewis.
Ahora todo el proceso se desarrolla públicamente, a la vista de las partes y de la ciudadanía en general. El secretismo del sistema escrito deja lugar a la transparencia y la lentitud del expediente es reemplazada por la agilidad de la oralidad y por nuevos procedimientos administrativos. Las personas pasan a ser protagonistas. “Esta transformación implica un profundo cambio cultural, un nuevo paradigma y una nueva distribución del poder”, señaló Lewis, al frente del Ministerio que ha sido órgano de implementación de la reforma. “Constituye una de las transformaciones institucionales más grandes en la provincia desde el retorno a la democracia”, subrayó el ministro.