El presidente Javier Milei continúa viviendo en un piso del Hotel Libertador, tal y como lo hace desde las Elecciones Generales de 2023, y su estadía comienza a despertar la atención por el modo en que financia esas habitaciones en el lujoso establecimiento de cinco estrellas de avenida Córdoba y Maipú de la Capital Federal.

Uno de los motivos, según señaló el medio Ámbito Financiero, es que se encuentra demorada la construcción de la cucha de los cuatro perros con los que el presidente planea mudarse a la residencia presidencial de Olivos, las cuales esperan por insumos importados desde el exterior.

Son cuatro mastines napolitanos, los cuales su peso es de alrededor de los 100 kilos y son ejemplares clonados de Conan, el perro original de Milei fallecido ya hace casi diez años.

La financiación de esas reparaciones y adaptaciones en la quinta presidencial van por cuenta del dinero del Estado, aunque hoy Milei se encuentra lejos de sus perros porque reside desde hace ya casi tres meses en un hotel céntrico



Mientras tanto, el conflicto de intereses escala con las preguntas que surgen de la estadía del presidente en el Hotel Libertador, cuyas habitaciones más exclusivas ascienden por encima de los 400 dólares diarios.

El establecimiento hotelero es propiedad de Eduardo Elsztain, un empresario argentino propietario del grupo empresarial IRSA, del Banco Hipotecario y de otras inversiones. En los últimos días, uno de sus socios Nicolás Pakgojz, fue nombrado titular de la Agencia de Administración de Bienes del Estado.

Inclusive, se desconoce hasta el momento quién se hace cargo de la cuantiosa cuenta del hotel: desde su ingreso el día 22 de octubre pasaron hasta este jueves 74 noches en el hotel, lo que da un total de 29.600 dólares. Traducido a pesos, la cuenta es de 23.680.000 pesos.

Oficialmente, el vocero presidencial mencionó una vez de las varias que fue consultado por el tema que “oportunamente” se difundirá quién se hizo cargo de los cargos de la estadía del presidente en ese hotel. En este sentido es importante destacar que, o bien Milei pagó su habitación con fondos del Estado Nacional, o si recibió una habitación prestada estaría incurriendo en un delito con penas de inhibición para ejercer cargos públicos, ya que los funcionarios del Gobierno no pueden aceptar dádivas.

Tampoco se conoce la agenda del presidente en ese establecimiento hotelero, algo que también debe ser de público conocimiento al tratarse del presidente de la Nación.