Horas después, un desconocido la contactó para exigirle dinero a cambio de devolverle el dispositivo.
El hecho ocurrió anoche cuando Belén regresaba de entregar empanadas junto a su hijo. “Ya me estaba dirigiendo a mi casa cuando dos hombres en moto me cruzaron. Antes habían intentado robar a una camioneta, pero no pudieron porque un hombre le avisó al dueño. Hicieron media cuadra más y ahí me interceptaron”, relató en diálogo con 11Noticias.
Y continuó: “Cuando vi que se tiró de la moto, supuse que me iba a robar, entonces saqué el teléfono del bolsillo y se lo tiré porque me acordé que no tenía plata”. Afortunadamente, los vecinos de la cuadra salieron y comenzaron a gritarle a los delincuentes, quienes no llegaron a revisar los bolsillos de la mujer y al verse “acorralados” escaparon con el celular.
Sin embargo, la historia no terminó allí. Esta mañana, una compañera de trabajo suya recibió un llamado extorsivo. “Era un técnico que decía que había comprado el teléfono robado y que lo quería devolver porque vio que tenía información importante, pero que quería recuperar la plata que gastó”, explicó la víctima.
El supuesto técnico le pidió a Belén una transferencia de 60.000 pesos para devolverle el celular. “Nos citó en la avenida, hicimos la transferencia y cuando le dijimos que ya estábamos ahí, nos pidió más plata. Mi compañera le dijo que tenía en efectivo, pero él cortó y nunca más se comunicó”, detalló.
Cabe destacar que, según pudieron comprobar a través de AFIP, “el número de CUIL de la cuenta a la que se transfirió el dinero pertenece a una persona oriunda de Chaco”. “Yo todavía no pude acceder a mi cuenta porque no recuerdo la clave del correo, pero sé que entraron al celular”, lamentó Belén.
Cabe recordar que Belén debió enfrentar quimioterapia por un cáncer de mama en dos oportunidades y que, tras finalizar el último tratamiento, a mediados del año pasado le diagnosticaron un nódulo en el pulmón por lo que necesita de urgencia una punción para que los médicos puedan determinar que tratamiento debe seguir.
Sin embargo, al verse vulnerada en su derecho a la salud ya que, al igual que en otras oportunidades, Osiad Salud no autorizó el estudio, decidió vender empanadas y poner un alias a disposición para que quienes quieran puedan ayudarla a costear los gastos del estudio médico.