Unas
siete personas fueron imputadas como parte del grupo que perpetró una serie de
atentados públicos hacia la industria cárnica de Rosario y Villa Gobernador Gálvez. El fiscal
Franco Carbone investiga la manera en que estas personas instigaron en perjuicio del
Sindicato de la Industria de la Carne, cuyo blanco específico sería intimidar a un dirigente gremial.
Tres personas quedaron detenidas de forma preventiva, aunque
dos de ellas ya cumplen penas efectivas en diferentes cárceles, y otras cuatro estarán con prisión domiciliaria, según resolvió el juez de primera instancia Nicolás Foppiani.
La investigación continúa, debido a que se investiga el rol de otras dos personas, una de ellas identificada y con pedido de captura vigente.
La
investigación da cuenta de que Cristian A., un hombre que se encuentra cursando una detención en la Unidad N°6 del Complejo Penitenciario Federal N°1 de Ezeiza, ordenó una serie de balaceras contra los frigoríficos de Paladani, Mattievich, Coto, Sugarosa y Swift.
En el rol coordinativo se encuentran su pareja y su madre, Miranda Abril E., y Gladis Yolanda R., quienes tenían autorización para ingresar al complejo penitenciario y podían comunicarse telefónicamente con el principal instigador.
No fue este el único preso involucrado en el planeamiento y diseño del ataque. Ya con la información y los blancos especificados, fue Fabricio Joel H., preso alojado en la Unidad Penitenciaria N°6 de Rosario, quien se encargó de encontrar a los tiradores. Cristian R., uno de los prófugos y otras personas que hasta el momento no fueron identificadas fueron los que, a cambio de una promesa de dinero, se encargaron de efectuar los disparos.
Milagros Aylen A., y Nair Joana A., hermana y pareja del joven que es buscado, también colaboraron y según la Fiscalía recibieron órdenes directas de ambos presos para la realización de los atentados.
La hermana del prófugo, por ejemplo, fue la encargada, según investigan los auxiliares de la justicia, de facilitar las bombas incendiarias para que esta persona efectuase los ataques. También fue ella la encargada de filmar la “prueba” de que el ataque había sido realizado, de forma que esto garantice el pago prometido.
En un lapso de 13 días se efectuaron 7 ataques, cuyos blancos fueron frigoríficos y la sede del Sindicato de la Industria de la Carne, ubicado en Fausta al 5300 de Rosario.