Con el asesinato de Brenda Sandoval este sábado por la noche en barrio Villa Felisa de San Lorenzo, la Liga Regional Sanlorencina de Fútbol despidió a cuatro jugadoras y jugadores en lo que va de este 2023.

A días de celebrarse el último fin de semana futbolístico de la liga, en donde la pelota y el juego en sí fueron los principales protagonistas, la tragedia marcó a las instituciones deportivas por los episodios en perdieron la vida chicos y chicas de los clubes de esta jurisdicción.

A mediados de año, Santiago Calzada, joven futbolista de la reserva de la Escuela Municipal de Fútbol de San Lorenzo, perdió la vida al ser embestido por un automóvil que escapaba de un control policial en Riccheri y Dorrego.

El joven era oriundo de Fray Luis Beltrán y tenía 23 años de edad.

En noviembre, Kevin Garcia, de 22 años de edad, futbolista de Villa Felisa de San Lorenzo, perdió la vida en un accidente de tránsito.

El mismo mes ocurrió el trágico accidente de Gabriel Valentin, el joven sanlorencino de 15 años de edad que murió tras un accidente con un cable de acero cuando circulaba en bicicleta por el paseo ribereño de la ciudad de San Lorenzo. El joven era arquero de Remedios de Escalada de San Lorenzo.

Por último, Brenda Sandoval, futbolista del mismo club y de 25 años de edad, murió este fin de semana tras una brutal balacera en su vivienda del barrio Felisa de San Lorenzo, hecho cuya investigación correspondiente está siendo desarrollada por la Fiscalía.

Cabe agregar que otro futbolista de la región perdió la vida en un incidente donde a su vez se involucra a la fuerza policial. Tobías Muñóz, de 20 años de edad, era jugador de Aldao en la Liga Totorense y murió en un fatal choque con un móvil policial en Puerto San Martín, durante el mes de mayo.

Inclusive el mismo presidente, Luis Franco, perdió la vida este año tras enfrentar un cáncer que deterioró su salud en los últimos años.

Distintos hechos y circunstancias provocaron la repentina muerte de todos ellos, responsables en vida de llevar parte de la acción que transcurre todos los fines de semana en las canchas de la región. En ese sentido, se denota que las consecuencias de los hechos violentos los sufren los jóvenes, aquellos que absorben las consecuencias de una sociedad violenta en muchos aspectos.