
Esta vez no fue diferente y muchas escuelas de Puerto General San Martín se encontraron con importantes daños en sus instalaciones. Robaron bombas de agua, ventiladores, mercadería perteneciente a los comedores y gran cantidad de vidrios rotos.
Es una postal que se repite año tras año y es muy desolador para el personal que debe buscar soluciones para mejorarlo, ya que el dinero para arreglos siempre demora mucho en llegar.
El Fondo de Asistencia Educativa (FAE) es un porcentaje de los fondos municipales que se debe destinar a educación para colaborar en tareas de mantenimiento y reparación de las instituciones. Si bien en esta ciudad se comenzó a pagar, después de casi 20 años que no se cumplía con la Ley, no van al ritmo del vandalismo.
Cuando un directivo presenta el proyecto para cobrar el FAE y hasta que es aprobado por la comisión del mismo, en la escuela se encuentran con daños mucho más graves e incluso, los presupuestos presentados ya quedaron desfasados.
Así es que directivos y personal educativo deben buscar alternativas para lidiar con la violencia, que muchas veces viene de los mismos vecinos de los establecimientos.
En un año, donde el gobierno provincial exige muchas mejoras para el regreso a las clases presenciales y así garantizar un acompañamiento a los niños que no pudieron establecer las clases virtuales, el dinero apenas alcanza para reparar los daños provocados.
Por Adrián Valeiro