Este miércoles, Carlos De Grandis inauguró el primer accidente desde la pavimentación de calle Punta Quebracho en Puerto General San Martín. Minutos antes de la presentación, un camión acoplado cargado con soja volcó al morder la inexistente banquina, dejando al descubierto las graves falencias de una obra que costó la friolera de $1.537.000.000 de fondos municipales.

El hecho ocurrió en el principal acceso a las terminales portuarias, una zona de tránsito pesado constante. La obra, impulsada y celebrada por Carlos De Grandis, carece de elementos básicos que hacen a la seguridad vial y de los camioneros: no hay una sola luminaria instalada, las banquinas son apenas unos centímetros de tierra sin consolidar y al costado de la calzada se extiende una zanja, sin cordón cuneta ni alcantarillado.

Pese a que se anunciaron “intervenciones para mejorar la zona del camino”, las imágenes del accidente hablan por sí solas: un tramo peligroso, mal planificado y sin condiciones mínimas de circulación segura.

Fotos: facebook MDR

Puerto General San Martín recibe diariamente alrededor de 3.000 camiones que ingresan a las terminales portuarias, cada uno de los cuales abona una tasa vial de $17.000. Esto representa una recaudación diaria de $51.000.000, y una proyección mensual —considerando 20 días hábiles— de $1.020 millones. Con estos números, la obra de pavimentación de calle Punta Quebracho, que demandó una inversión de $1.537 millones, se amortizó en apenas un mes y medio. Sin embargo, pese a semejante flujo de fondos, la calle se inauguró sin iluminación, sin banquinas consolidadas ni cordón cuneta, y horas antes del acto oficial ya había registrado su primer accidente vial. Una demostración más de que no alcanza con gastar: hace falta gestionar con responsabilidad y sentido común.

Durante el acto de inauguración, acompañado por su sobrino Juan Manuel De Grandis —presidente del Concejo Deliberante— y representantes de empresas privadas, el intendente elogió su administración de los recursos públicos. Sin embargo, la realidad lo cuestiona con una inversión millonaria que no resiste ni una jornada de uso sin un siniestro vial.

El accidente en calle Punta Quebracho confirma que el pavimento no tapa la negligencia y que el apuro por cortar cintas es más fuerte que la planificación.