No se encontraron resultados.Capitán Bermúdez volvió a ser noticia nacional por un hecho poco agradable, como sucede casi siempre que la localidad llega a los titulares de los principales medios de comunicación del país. El Concejo Municipal aprobó la semana pasada una resolución para reflotar una ordenanza que data del año 2001 y que exige que todos los funcionarios, incluso los ediles, sean sometidos a una rinoscopia para saber si consumen drogas, más precisamente cocaína.

La iniciativa fue una respuesta luego de una chicana política. El edil justicialista Daniel Cinalli, autor de la ordenanza original, sugirió semanas atrás en este medio que dentro del municipio había funcionarios adictos. Ni lerdos ni perezosos, desde el oficialismo respondieron con el proyecto que es noticia en todo el país. Una resolución retrograda, que instala nuevamente en debate un tema de otra década.

Parece que Bermúdez hubiera vuelto a la famosa época de los nariguetazos en el Congreso, al tiempo donde la clase política era estigmatizada como la peor calaña; al clamor popular del “que se vayan todos”. Y no resulta difícil para los vecinos de la ciudad revivir aquellos días, ya que, en su gran mayoría, los protagonistas son muchas veces los mismos.

No es casualidad que 13 años después de aquella ordenanza el autor de la normativa esté ocupando una banca en el Concejo y sea una de las principales figuras para llegar a la intendencia el próximo año, lugar que ya ocupó en la década del 90. Tampoco que sus principales opositores dentro del peronismo sean otro ex intendente de la década menemista (Joaquín Do Brito), que se tuvo que ir antes de tiempo porque el gobierno provincial intervino el municipio, y un ex edil de aquellos años, el Dr. Abel Klis, que también se desempeñó como secretario de Salud.

En cuanto a la fisonomía de la ciudad, pese a que el justicialismo fue despojado del poder, no hay grandes cambios. Alrededor del 90% de la ciudad continúa sin cloacas y un 40% de las calles no están pavimentadas; el único lugar público para realizar actividades deportivas, el Polideportivo Municipal, está completamente abandonado.

Y podríamos seguir enumerando con detalles en varias áreas, por ejemplo en salud. No es de extrañar que los propios funcionarios bermudences se vean obligados a acudir a algún hospital público de otra localidad o a una clínica privada para realizarse el estudio en cuestión, ya que ningún efector público de la ciudad cuenta con un médico especialista en otorrinolaringología. Sería bueno que alguien se ocupe del tema para que aquellas personas que realmente necesitan realizarse una rinoscopia, o cualquier otro tratamiento que requiera de esta especialidad, puedan hacerlo de manera gratuita en la localidad.

Por eso debe ser que los menos sorprendidos por la resolución que exige el estudio de rinoscopia a los funcionarios son los vecinos de Capitán Bermúdez, que muchas veces ven la misma película, o las mismas escenas y personajes, en reiteradas ocasiones.