El periodista del canal A24, Esteban Trebucq, se pasea con cara de preocupación, vistiendo una especie de chaleco antibalas entre vecinos de Rosario que salen a la calle en cuero y ojotas. A los pocos metros, se cruza a Diego Santilli, diputado provincial y hombre de confianza del espacio político de Horacio Rodriguez Larreta, que casualmente pasea por Rosario y también está consternado ante la balacera ocurrida en el supermercado de la familia Rocuzzo.

El mismo periodista sigue su crónica apocalíptica al aire y suma a la diputada nacional por la provincia de Santa Fe, Amalia Granata, que también se posa con un chaleco antibalas ante las cámaras de los canales porteños.

Probablemente la carrera televisiva de la ex modelo le hizo acceder a una vivienda que el resto de los seres terrenales difícilmente podríamos pagar. Pese a ser electa en la provincia de Santa Fe y en campaña haber visitado algunas localidades de la provincia, elije vivir en la comodidad de Capital Federal, muy lejos del territorio que dice representar.

Y hoy quedó en evidencia que desconoce por completo la realidad en la que miles de rosarinos principalmente viven a diario. La payasesca puesta en escena de la diputada es de un mal gusto irrisorio, casi una burla para las víctimas verdaderas de la ya agotadora situación de incertidumbre que vive la ciudad con una violencia armada nunca antes vista.

Que políticos que casualmente comparten el mismo espacio en Capital Federal, como lo son los mencionados Rodríguez Larreta, quien vía Twitter “recordó” que su propuesta presidencial será llenar con gendarmes y efectivos de las fuerzas armadas la ciudad, los mismos que cobran sueldos que se equiparan a la tarifa que un “sicario” pide para realizar una balacera, junto a Santilli, dan una imagen patética de lo que es la esencia de su actividad, que poco está haciendo para cambiar la realidad de una región que sufre a diario este tipo de violencia.

Ni hablar del repugnante accionar de Granata, quien ha tenido pocas “oportunidades” de visitar la provincia de Santa Fe una vez ya electa en Diputados, prestándose al más sensacionalista periodismo porteño.

Las balas rebotan en las paredes y los frentes de comercios, sindicatos, casas comunes, muchas veces equivocadas, mientras los flashes de Buenos Aires llegan a prestarse a la más rancia campaña electoral de este 2023. Esa será otra pandemia de oportunistas que afrontaremos los ciudadanos, mientras vivimos entre falsas promesas de muchos de los que están y las mismas llanamente mentiras de los que quieren venir.