No se encontraron resultados.Empezando por el principio estoy convencida de que nuestro sistema educativo decae todos los días en forma vertiginosa y preocupante. Las causas son miles y es muy difícil nombrarlas todas, es una cadena de cosas difícil de separar entre sí. Pero me parece importante destacar, que más allá de las inestabilidad económica y social que existen en nuestro país, sin contar la falta de infraestructura y recursos para conformar espacios dignos para el estudiante y el profesorado, y además de todas las cosas materiales que puedan afectar un buen rendimiento estudiantil, existen sucesos y sujetos que tomaron decisiones que fueron desestructurando un sistema educativo que en su momento funcionaba. Este sistema, como todo, tenía falencias pero con el mismo se obtenían buenos resultados.

Una de esas disposiciones que a mi forma de ver articuló de manera pésima y generó la caída en picada de nuestro sistema fue la Ley Federal de Educación (Ley nº 25.195) sancionada durante el Gobierno De Menem, que generó un desastre educativo completo con resultados visibles y aún hoy irremediables. Luego en 2006 fue sancionada la “Ley Nacional de educación” (ley Nº 26.206) que no mejoró la situación, pero era esperable ya que ¿es de locos querer escuchar algo distinto y por supuesto mejor sabiendo que el ante proyecto fue generado por el mismo grupo político que habló durante trece años del éxito de la Ley Federal, y de la gestión de primerísimo nivel que resultaría de ésta? Me respondo a mí misma, si es de locos. Y siguen las malas decisiones tomadas por distintos mandatarios que hacen al desastre educativo actual.

Entonces me pregunto: ¿de qué se sorprenden los profesores universitarios que se preguntan por qué el número de deserciones estudiantiles va en aumento, como así también el tiempo que los alumnos tardan en terminar una carrera, o qué es lo que está mal para que existan tantos fracasos en los primeros años de estudios superiores?

Supongo que no pueden terminar de comprender el destre educativo que existe detrás, que es una suma de error tras error que es pagada por los chicos durante la primaria y la secundaria. Y ya no es culpa de maestros ni alumnos, es un problema que el país trae en sus espaldas desde hace mucho tiempo.

Como alumna de estudios superiores me duele escuchar la cantidad de cosas que se dicen en la universidad por parte de los profesores. Porque no puedo explicarles que soy consciente que vengo arrastrando muchos errores y saberes por la mitad, que es difícil ponerse a la altura que exige este nivel y tapar esos baches con el conocimiento que debería haber adquirido durante los 7 años de primaria y los 5 de secundaria.

Es triste saber que uno aprende a estudiar demasiado a los ponchazos, más allá de que la universidad sea para mostrarnos la verdadera realidad, fuera de la contención escolar, que creo que es correcto y útil; también entiendo que se pasaron los límites. Si en una cuenta se arrastran errores, sabemos que podemos llegar a cualquier resultado, siempre distinto al verdadero. Creo que es lo que sucede con los alumnos de hoy.

Muchos me dirán vos estudias porque querés, si, es cierto y por eso mismo me encantaría que las cosas cambien, porque cada uno debe luchar por lo que quiere y lo que le gusta hacer y creo que muchos estudiantes se encuentran en mi situación.

Agustina Sola