Estamos en el mes número diez del año 2020, siete de los cuales convivimos con un virus que aún no controlamos y estamos lejos de hacerlo. Pero, ¿Sabemos convivir con un virus? ¿Estamos realmente ajenos a cómo sobrellevar la pandemia? Un virus puede ser biológico y a la vez virtual, y lo estamos viviendo en carne propia cada día de nuestras vidas.

La pandemia que provocó el virus del Sars Cov-2 obligó a todos al confinamiento, al encierro dentro de sus casas, a distanciarse de todo lo habitual, y esto provocó el aumento de la digitalización y el contacto con las pantallas. Encerrados y sin otro recurso más que internet para relacionarse, se potenció aún más el uso de la red. Clases en línea, videollamadas, teletrabajo, espectáculos y shows por streaming, consultas médicas online, son algunas de las nuevas modalidades virtuales para comunicarnos.

El virus biológico provocó el aceleramiento de la digitalización en el mundo y cambiará completamente nuestra “nueva normalidad”, nada será igual cuando el virus se vaya y volvamos a circular sin él.

El coronavirus ha conseguido centrar nuestra atención en el mundo físico y biológico como así también al mismo tiempo en el mundo digital y virtual. Es una cultura híbrida que se compone de ambas partes. La cultura híbrida se forma a partir de acontecimientos sociales que atravesaron un proceso de transformación; donde dos o más culturas se conectan e interaccionan, formando nuevos conocimientos, ideas y costumbres en la sociedad.



Nuestras vidas virtuales siguieron su curso normal, e incorporaron mucho más tiempo de nuestros días, sin embargo nuestras vidas físicas se paralizaron obligadamente. De igual manera fuimos encontrando la forma de adecuarnos a los espacios para poder continuar nuestras tareas habituales. La pandemia está provocando un salto en el uso de la tecnología a nivel mundial.

Estos cambios sociales son similares a las epidemias; las ideas que surgen, los mensajes que damos y las conductas que tenemos se comparten, y de esa manera se extienden entre nosotros al igual que un virus (biológico o digital), al igual que un meme o contenido viral.

La viralidad está inmersa en nuestras vidas, y está tan naturalizada que no nos damos cuenta de ello. Debemos tener ejemplos que nos permitan abrir los ojos, y en este contexto de pandemia, incluso viralizamos en época viral

Recordemos el inicio de los primeros casos en Argentina y otros países, donde el papel higiénico fue protagonista de varias semanas en los portales de noticias más importantes. Los motivos fueron varios, el primero de ellos fue la escasez y la falta de stock en los supermercados, el mundo creyó que era primordial comprar rollos de papel higiénico en cantidades desmedidas para combatir el coronavirus o “por las dudas” para que no llegue a faltar. El segundo motivo de expansión de este producto en redes sociales fue el “reto viral” o “challenge” que consiste en filmarse para demostrar cuántos jueguitos podrían lograr pateando un rollo de papel.



Casos virales como estos hay miles por año. Lo viral tiene como objetivo propagar, contagiar, infectar y llegar al mayor número de personas. Esta definición incluye tanto la viralidad virtual como la viralidad biológica. Los virus penetran en sus portadores sin que ellos se den cuenta, porque a veces están enmascarados, disfrazados, que parecen otra cosa. Al no ser conscientes de ello se produce una expansión viral.

Anticuerpos

Cuando un virus nos ataca, nuestro cuerpo para poder combatirlo necesita anticuerpos. El anticuerpo sirve para la defensa de las células del organismo que se pueden ver atacadas por agentes patógenos como los virus y las bacterias.



Cuando la realidad se vuelve compleja, los cambios se nos vienen encima de repente, nos volvemos reacios y refractarios a ella. Pasa lo mismo cuando el cuerpo necesita generar anticuerpos. Nos cuesta aceptar esos cambios, todo lo que nos desconcierta, y es lo que está ocurriendo en estos momentos en Argentina frente a la pandemia por coronavirus. La sociedad está rechazando constantemente las restricciones impuestas por los gobiernos, y cualquier tipo de medida, realizando vida normal, provocando la propagación del virus.

Como dice Sigmund Freud, la angustia de una sociedad es provocada por el temor, y el miedo a lo desconocido.

Volviendo al inicio de este artículo en el que planteamos si el virus puede ser al mismo tiempo una realidad biológica y una realidad virtual, eso lo podremos saber en unos años cuando el Covid19 haya sido controlado y nuestra “nueva normalidad” pueda analizarse. Pero como dijo la escritora Susan Sontag en su libro “La enfermedad y sus Metáforas” sobre el sida, fue “un acontecimiento mundial cargado de significado histórico”, este virus también ha aparecido en nuestras vidas para cambiarlas por completo, la ficción se volvió realidad y aunque seamos reacios al cambio obligado y repentino, de a poco nos iremos reconstruyendo en nuestra nueva normalidad.


Por Julieta Luz Carnevale

-Jorge Carrión, “Lo viral”
-Susan Sontag, “La Enfermedad y sus metáforas”
-Néstor García Canclini, “Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad”