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miércoles, 08 agosto 2012 | Opinión

Continuando obras

En la escuela de la vida no es necesario que existan admiradores y fascinados por los legados ajenos, sino que cada individuo debe ser seguidor y continuar con esas enseñanzas..
Continuando obras No se encontraron resultados."A orillas de otro mar, otro alfarero se retira en años tardíos. Se le nublan los ojos, las manos le tiemblan, ha llegado la hora del adiós. Entonces ocurre la ceremonia de la iniciación: el alfarero viejo ofrece al alfarero joven su pieza mejor. Así manda la tradición, entre los indios del noroeste de América: el artista que se va, entrega su obra maestra al artista que se inicia. Y el alfarero joven no guarda esa vasija perfecta para contemplarla y admirarla, sino que la estrella contra el suelo, la rompe en mil pedazos, recoge los pedacitos y los incorpora a su arcilla."

Decidí empezar un nuevo texto, con una hermosa reflexión de Galeano, que leí hace unos días y quedó haciendo eco en mi cabeza. Me hizo pensar acerca de los dichos populares, que presentan a la vida cómo la verdadera escuela, que de ella todo se aprende, y que las personas que nos rodean son maestros que dejan siempre algo en nosotros.

Importante sería que cada individuo, tomara lo mejor de los demás y lo utilizara para seguir con esa buena obra, esa acción que él sacó como positiva de sus pares, al igual que el alfarero de la reflexión, lo hace con los trozos de arcilla. Y cuando digo obra u acción no me refiero a grandes cosas, que se anuncian con luces de colores, pueden ser palabras de aliento, consejos, un ejemplo, una mirada, hasta un silencio en el momento justo.

Estoy convencida que existe muchísima gente en el mundo dispuesta a instruir a los demás y que sin quererlo muchas veces notros nos convertimos en maestros de otras personas por un instante.

Desde pequeños nos enseñaron a admirar las virtudes y la labor de los grandes, a reconocer las acciones monumentales de gente importante. Pero en la escuela de la vida no es necesario que existan admiradores y fascinados por los legados ajenos, sino que cada individuo debe ser seguidor y continuar con esas enseñanzas, debe reescribir desde su punto de vista y desde su contexto esa realidad que otros lo ayudaron a escribir y que serán en algún momento de gran ayuda para los demás.

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