
El Museo Histórico del Convento San Carlos, patrimonio de la localidad de San Lorenzo, del país. Testigo crudo de la batalla librada por San Martín y sus granaderos en el Campo de la Gloria, fue dañado luego de una gran restauración, por inadaptados sociales, jóvenes sin educación que no ven la importancia en lo nuestro, lo del pueblo argentino.
Una mañana recorriendo el convento, se encontraron con la imagen. Parte de la edificación del cementerio de los granaderos que funciona dentro del Museo del Convento había sido víctima del vandalismo. Ciertos sujetos tomaron sus aerosoles y pintaron sin escrúpulos sus nombres en gran parte del lugar. No sólo eso sino que también lo hicieron en la cúpula de la Parroquia San Lorenzo Mártir, que hacía poco fue restaurada tras una inversión de millones de pesos.
Hacía aproximadamente cuatro años que no se hacían refacciones como estas, la cúpula quedó brillante, maravillosa vista desde los alrededores. Hasta que estos sujetos, los cuales fueron reconocidos, ya que dejaron su nombre en las paredes, destruyeron nuestro patrimonio histórico.
¿Por qué?, me pregunto. ¿Con que necesidad?
Generalmente los miembros de grupos vandálicos, son jóvenes. Todos comparten una gran insatisfacción por el mundo en que viven, por las leyes y el futuro que la sociedad les quiere imponer. Esta es la razón que los lleva a encontrar su propio grupo de iguales. Falta de miedo o de escrúpulos, crueldad, grosería, brutalidad, dureza, son las principales características. A mi pensar la más importante de todas, falta de educación.
Desde nuestro punto de vista, no podemos expresar las razones del por qué lo hacen, ya que no sentimos del mismo modo. Es por ello que todo nuestro enojo se dirige a ellos, que sin pensar, o pensando que así están realizando una gran hazaña, dañan lo que verdaderamente es de ellos.
El hecho se encuentra en investigación, ya que los jóvenes dejaron plasmados en las paredes sus nombres y apellidos. ¿Inocencia o falta de razonamiento? Queda a nuestro pensar. A reflexionar, a tratar de que no suceda con los nuestros, con los que nos sucederán luego. A educar, a reconocer el trabajo y el esfuerzo, a cuidar lo que es tanto mío, como tuyo, lo de todos, lo nuestro.
Julieta Carnevale