8 de Marzo. Día de la Mujer. Efeméride internacional.

Día de lucha, de derechos por conseguir, de recuerdos de mujeres que hicieron historia, mujeres que ya no están, pero cada una de ellas vive en cada una de nosotras. Las que estamos acá, para continuar su legado, para darle voz a las que ya no tienen, las que fueron silenciadas, y para ayudar a gritar más fuerte a las que tienen miedo, porque ya no callamos más.

Feliz día, se escucha, se lee. Nada que festejar.



(Ph: Sofia Radovani)

Cada 8 de marzo se conmemora en todo el mundo el día de la mujer por un suceso que marcó la historia del trabajo femenino. Un total de 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, luego de que se declararan en huelga con permanencia en su lugar de trabajo. Buscaban una reducción de la jornada laboral a 10 horas, un salario igual al de los hombres que hacían las mismas actividades, entre otras.

El dueño cerró las puertas de la fábrica con intención de que desistieran. Ciento veintinueve mujeres obreras murieron luchando por sus derechos.



Con el pasar del tiempo, la industria cultural ha cambiado la significación de este día, más bien, ha intentado ocultar el verdadero significado, cosificando y mediatizando esta fecha, volviéndola en parte, una fuente de consumo. Digo “ha intentado”, porque no lo logró, aún quedan sectores de la población que continúan esta tradición, pero son cada vez menos, y cada vez más, quienes comprenden que no hay nada que festejar.

“Ni flores, ni bombones” rezan los carteles de las mujeres en las calles y en redes sociales. “No me felicites, no hay nada que festejar”, dicen otros.

En Argentina hay un femicidio cada 26 horas. Una mujer muere a manos de un hombre, por el solo hecho de ser mujer cada 26 horas. Apuñaladas, golpeadas, descuartizadas, desaparecidas, enterradas, descartadas. ¿Qué tiene de feliz? ¿Cuál es la celebración?

Hace una semana atrás, Argentina se escandalizó por la violación grupal de seis jóvenes a una joven de 20 años en Palermo, a plena luz del día, dentro de un automóvil. Una vecina que vio la situación se involucró, actuó, y pidió ayuda a otras personas, quienes lograron socorrer a la joven. Un ejemplo a seguir.

Involucrarse, no mirar para un costado, a veces, puede ser crucial en una situación de violencia de género. Puede salvar una vida.


(Ph:SantiaguArau)

Por eso, este 8 de marzo te invito a reflexionar. A mirar a aquellas mujeres que tenés al lado: madre, hermana, amiga, hija. A mirar a las más jóvenes y pensar en su futuro, en la sociedad en la que vivimos y en la que ellas van a transitar. Nos queremos vivas, libres, sin miedo.

Es importante sumarse para hacer visible. Este 8 de marzo es un día para reflexionar sobre las luchas de las mujeres y para no olvidar que la lucha debe seguir. Para pensar nuevos modos, para unirnos y continuar transformando la realidad, defendiendo la libertad de nuestros pasos, haciendo resonar nuestra voz.

“Ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos de pie”